Guadalajara, Jal.-
Aún metidas en una de las peores crisis en su historia, el destino le sonríe a las Chivas.
Últimas en el Clausura 2012 y con la confianza hecha añicos, este martes debutan en la edición 53 de la Copa Libertadores, competencia que les ofrece la posibilidad de encontrar la cura a sus males futbolísticos.
Ignacio Ambriz sabe que derrotar al Deportivo Quito representaría mucho más que tres unidades… Sería la dosis de motivación que tanto necesita el golpeado grupo que está a su cargo.
“Es fundamental lo anímico. En la Libertadores se puede empezar de cero y encararla con mayor alegría”, comparte el timonel del Rebaño Sagrado. “Mañana [este martes] tenemos que arrancar con el pie derecho”.
Remontar en la Liga y pelear por un sitio en la fase final luce como simple utopía, mas el ex volante cumple con las formas y asevera que los rojiblancos todavía sueñan con trascender en los dos certámenes que jugarán este semestre.
“Mientras no estemos perdidos en el local, y te aseguro que no lo estaremos, vamos a luchar por los dos torneos, porque ambos merecen mucho respeto”, sentencia. “Este equipo tiene prestigio en Sudamérica”.
Alcanzó la final en su más reciente participación en la Libertadores (2010), antecedente que ilusiona a cuerpo técnico y jugadores.
Lo necesitan. Tras casi dos semanas como director técnico del Guadalajara, Ambriz diagnostica que la eliminación frente al Querétaro, en cuartos de final del Apertura 2011, dejó importantes secuelas.
“El equipo está un poquito desconfiado. El perder siempre te genera desconfianza”, recuerda. “Necesitamos unos dos resultados buenos para que el equipo vuelva a tener confianza”.
“Quedaron muy dolidos por haber quedado eliminados por Querétaro. Les dije que ya olviden eso, que ya no haya lamentaciones”.
Tampoco existe margen para otro revés. Hará tres modificaciones en su equipo, con respecto al del sábado, contra el Morelia. Kristian Álvarez, Jorge Enríquez y Carlos Fierro sustituirán a Antonio Gallardo, Alberto Medina y Érick Torres. Marco Fabián continúa sin recuperarse de una infección en las vías respiratorias.
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