México, D.F. / Octubre 27.-
El hogar es donde se imparte la educación formativa y los adultos deben guiarse por la confianza de los niños, por eso es necesario que los niños se sientan respetados en su intimidad, que tengan espacios para estar solos o con amigos al menos unos momentos, sin la presencia de los adultos.
No es recomendable para los padres intentar invadir las vidas privadas de su hijos, mucho menos forzarlos a hablar de lo que no quieren o revisando sus mensajes del celular.
Si hablamos con otras personas delante de los niños revelando secretos de los niños o haciendo referencias burlonas en ciertos aspectos privados de sus vidas, no estamos educando a los niños en cuanto al respeto a la privacidad y ellos se sentirán profundamente traicionados.
El especialista Gustavo Shujman cree que ya no es extraño hablar de sexo, sino que en estos tiempos de crisis mundial, el pecado parece ser que es dejar de mencionar la palabra: sexo.
Cuando los niños crecen se ven sometidos ante la presión de mostrarse como seres sexuales, que están todo el tiempo dispuestos a hablar, hacer, contar chistes o soñar con el sexo.
Es fundamental que los adultos podamos transmitirles un mensaje diferente, con respecto a otros padres de familia, a temprana edad de los niños y así evitar la deformación integral tan común y liberarlos de la presión social que vivirán a futuro.
Los niños querrán adecuar su personalidad de acuerdo con lo que vean constantemente, por eso los padres tenemos esa tarea en el hogar y más tarde ellos lo agradecerán y repetirán.
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