Londres, Inglaterra / Octubre 19.-
El príncipe saudita, Saud Abdulaziz bin Nasser al-Saud, fue hoy hallado culpable por un tribunal londinense del asesinato de su sirviente en un hotel de esta capital, en un hecho que los fiscales consideraron que tuvo un matiz sexual.
El príncipe, de 34 años, está recluido en la prisión de Old Bailey por asesinar en febrero pasado a Bandar Abdulaziz, de 32 años, con el que mantenía algún tipo de relación sexual.
El sirviente, quien fue hallado muerto en el hotel Landmark del centro de Londres, tenía varias costillas rotas y derrame cerebral, además fue asfixiado con tanta fuerza que tenía rotos los músculos del cuello y había sufrido también mordeduras en las mejillas y en una oreja.
La corte, que emitirá mañana miércoles la sentencia, precisó que el príncipe abusó de su sirviente por su “satisfacción personal” y que las lesiones en el cuerpo de la víctima muestran que se trató de un “ataque brutal”, según la cadena británica BBC.
En el juicio, el tribunal insistió que el hecho tuvo un elemento sexual, dado que Abdulaziz ya había sufrido agresiones previas.
Las cámaras de circuito cerrado captaron al príncipe golpeando a su ayudante en el ascensor del hotel entre el 22 de enero y el 5 de febrero, así como afuera de un restaurante en la que cenaron en la noche de San Valentín, cuando habría sido asesinado, según el fiscal.
Cuando se encontró el cadáver de Abdulaziz, el príncipe saudita manifestó que su sirviente había sido agredido y robado tres semanas antes de su muerte en el barrio londinense de Edgware Road, para explicar así las heridas que presentaba.
A lo largo del proceso, el príncipe, cuyo padre es sobrino del rey saudita y cuya madre es una hija del monarca, sostuvo que su ayudante y él eran “amigos e iguales” y negó una supuesta relación homosexual.
Sin embargo, el fiscal Jonathan Laidlaw afirmó que las pruebas halladas, entre ellas fotografías guardadas en un móvil y restos de semen en la ropa interior de la víctima, “establecen de forma bastante concluyente que el príncipe es gay o tiene tendencias homosexuales”.
El príncipe y su ayudante se habían alojado juntos en el hotel londinense desde casi un mes antes del asesinato, tras haber extendido unas vacaciones que antes ya había tenido en Praga, Milán, Marraquech y las islas Maldivas.
Según medios británicos, entre ellos el diario The Sun, si el príncipe regresara a Arabia Saudita se enfrentaría a la pena de muerte, no por el asesinato sino por su homosexualidad.
“La homosexualidad es ilegal en Arabia Saudita y castigada con pena de muerte”, recordó el fiscal Bobbie Cheema ante el tribunal de Old Bailey.
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