México, D.F. / Agosto 3.-
El boxeador mexicano Ramón Ayala, mejor conocido como el “Niño de Oro”, confiesa a sus 22 años sentirse nuevamente preparado y con “los pies sobre la tierra”, luego de que se coronara campeón mundial en 2010.
Durante su entrenamiento en el gimnasio “Nuevo Jordán” de la Ciudad de México, el deportista reveló que luego de adjudicarse por decisión unánime el título mundial juvenil súper ligero del Consejo Mundial de Boxeo (CMB), le dio mucha importancia al resultado e incluso llegó a considerarse una “figura invencible”.
Pesa ser el “Niño de oro”
Ramón nació en Cuernavaca, Morelos, en 1989, pero radica en Iztacalco desde muy pequeño; boxea desde que tenía seis años. Como peleador amateur acumuló 136 peleas, de las cuales perdió 10. Y como profesional tiene dos peleas, ambas ganadas por puntos.
“La gente me apodó el “Niño de Oro” por mis combates ganados y sí pesa. Tienes que echarle aún más ganas para conservarlo. La gente siempre preguntará si de verdad vales oro”, afirmó el boxeador de 1.75 centímetros de altura.
Asegura que no hay boxeadores invencibles ni combates fáciles, como lo comprobó en Las Vegas durante una de sus últimas peleas.
El rey aún se pone nervioso
Ramón aseguró que aún se pone nervioso antes de subir al ring, a pesar de boxear desde los cinco años bajo la batuta de su padre y entrenador, Ramón Ayala.
“Me dan muchos nervios, pero me ayuda. Subir muy confiado te mata en el ring”, declara.
Incluso, dijo, realiza algunos rituales para disminuir el nerviosismo y ganar más confianza minutos antes del combate.
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