México, D.F. / Abril 5.-
El José Saramago que escribió y reflexionó hasta el final de su existencia era un transgresor; transgresor en la literatura, en la vida y ante las normas de conducta marcadas por la burguesía. Murió siendo un joven de 87 años que tenía conciencia de su muerte, tal como lo confirma “El último cuaderno”, un libro que reúne la totalidad de textos publicados en su blog, entre marzo de 2009 y junio de 2010, justo el mes de su muerte.
Es por eso que Pilar del Río, viuda y traductora del Premio Nobel de Literatura 1998, asegura en entrevista que este último libro es “un regalo inesperado de un Saramago que tenía una conciencia que no teníamos los demás, ni yo la tenía, de que era el final de su vida, por lo que creo que este libro es una despedida”.
Para la traductora al español de la obra del escritor portugués, este último libro del Saramago bloguero muestra a un hombre vital y llenó de energía; dice que jamás en la vida José Saramago fue viejo.
“Tenía 87 años cuando murió pero era una persona ávida, llena de curiosidad, activa, trabajadora, disponible, receptiva; eso no es vejez. Vejez es esa cosa que tienen muchos jóvenes en la actualidad, que se levantan cansados por la vida, que no hacen ninguna insurgencia, ninguna revolución, que no salen a la calle, que no inventan fórmulas, que no muerden en la yugular a nadie. Esos son viejos, Saramago no, él hasta el último día de su vida estuvo revolviéndose y todavía hoy creo que está revolviéndose”, comenta la traductora española que vivió con el escritor durante 24 años.
En el libro -que cuenta con prólogo de Umberto Eco y ha sido publicado por Alfaguara- Saramago se rige por el convencimiento de que el escritor tiene que decir quién es y qué piensa. Tan es así que lo mismo cuestiona el poder, el tráfico de armas, la miseria, las crisis y la irracionalidad de los seres humanos, que celebra a escritores admirados como Fernando Pessoa, Mario Benedetti, Darío Fo o Eduardo Galeano.
“Habla con ira de Berlusconi, habla con ira de los mercaderes, habla con ira de los que no nos respetan, pero habla con pasión de los escritores que aman, que nos hacen grandes, habla de Benedetti, habla de Eduardo Galeano que escribió Las venas abiertas de América Latina que le regalaron a Obama y le pide que aprenda que en este continente hay muchos millones de seres humanos que no son vistos en nuestra América”, señala Del Río.
Las enseñanzas del autor
Pilar del Río asegura que son muchas y muy grandes las enseñanzas que le dejó José Saramago, que son las mismas que les dejó a todos los lectores. “De lo que más contenta me siento es que me dejó la suficiente ira como para no dejar de combatir nunca, a no aceptar que las cosas son como son porque Dios lo manda y así es el mundo; pues no. La mejor lección es no resignarme nunca, no rendirme nunca y me gustaría tener enfrente a mucha gente para decírselo”, señala.
Si en 2009, cuando Mario Benedetti entró al hospital, ellos, José y Pilar, desde Lanzarote, llamaron a los lectores a rodear a Benedetti con poemas, la respuesta no se hizo esperar, empezaron a surgir iniciativas en varios países, en Uruguay una emisora de radio lanzó 24 horas de lectura de poesía y el primer poema lo leyó el presidente de la República, con lo cual Beneditti se murió acompañado de sus poemas.
A casi un año de la muerte de José Saramago, ocurrida el 18 de junio de 2010, Pilar del Río dice que podríamos recordarlo leyendo sus libros, en especial “Ensayo sobre la lucidez”, donde reflexiona sobre cómo los ciudadanos podemos pacíficamente minar los cimientos del poder y acaso, como pasó con Jericó, tirar la muralla; también allí aparece Egipto.
“Saramago describe en ‘Ensayo sobre la lucidez’, cómo la gente echa al tirano y cuando vi que en Egipto la gente salía a limpiar las plazas y calles que habían ocupado, dije ‘Saramago esto eres, te anticipaste a todo’”.
Escritor visionario
En “El último cuaderno”, Saramago habla del poder de los ciudadanos, pero también de su proceso de humanización, como recuerda Pilar del Río:
“Él había escrito que no somos seres humanos, que estamos en un proceso de humanización al que no hemos llegado todavía porque no somos respetuosos, porque el instinto predomina sobre la razón, porque nos dejamos llevar por la envidia, por la ira, por los celos y por el sentido de posesión antes que por sentimientos humanos como la belleza y la piedad”.
La traductora asegura que ese José Saramago está en la película titulada “José y Pilar”, que ya se pudo ver en el festival de Cine de Guadalajara y su gran pensamiento en sus libros, uno de los cuales dejó inconcluso, titulado “Alabardas, alabardas, espingardas, espingardas”, el cual aborda la fabricación de armas, una industria tan potente que hace tantos millonarios y cuyos rostros y nombres nadie conoce pero que trafican a lo largo de todo el mundo, como lo hacen ahora mismo en Libia.
“José Saramago estaba simplemente escribiendo y reflexionando a partir del modesto trabajador que va todos los días a hacer bien su trabajo. Hay varios capítulos, pero escribió poco, lo que está escrito se va a publicar, sus editores están viendo cómo lo publican porque el tema es importante y nos afecta a todos”, añade Del Río.
El libro se presentará este miércoles a las 19:30 horas en la librería Rosario Castellanos del FCE; la viuda y traductora del Nobel estará con Héctor Aguilar Camín.
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