México, D.F.-
Un conjunto de unas 200 piezas de barro y obsidiana, de más de dos mil años de antigüedad correspondientes a la tradición Tumbas de Tiro, se exhiben por primera vez en la exposición “Inspiración en barro, arte y cultura de la muerte. Colección Collignon”, en el Museo de Arqueología de Occidente, en Guadalajara, Jalisco.
De acuerdo a un comunicado del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), quien curó esta muestra, destaca que esas piezas dan cuenta de la tradición funeraria conocida como Tumbas de Tiro característica del Occidente de México, así como de la manufactura de figurillas, esculturas y recipientes de cerámica, y de joyería hecha en obsidiana.
“La tradición Tumbas de Tiro desarrollada en lo que hoy son los estados de Jalisco, Colima, Nayarit, y en menor medida en Zacatecas y Michoacán, corresponde a una costumbre funeraria en la cual los muertos eran depositados en cámaras subterráneas por las que se tenía acceso a través de un tiro vertical, cuya profundidad oscila entre los 2 y 18 metros”, explicó la arqueóloga Martha Lorenza López Mestas Camberos, delegada del INAH en Jalisco y curadora de la exposición.
López Mestas indicó que la muestra explica a los visitantes en qué consistía dicha tradición mortuoria, a partir de la reproducción de una tumba de tiro en la que se incluyeron esculturas, ornamentos, comida y recipientes de barro como vasijas, ollas y cuencos, a la usanza de las tumbas prehispánicas.
La exhibición, también da a conocer al público cómo era la producción alfarera característica del Occidente de México, durante los periodos Preclásico Tardío (300 a.C.) y Clásico Temprano (450 d.C.), en que la región fue ocupada por poblaciones prehispánicas que han sido agrupadas en la tradición Tumbas de Tiro, debido a que compartieron dicha costumbre funeraria.
Lopez Mestas refirió que “son características de la región piezas de cerámica, en su mayoría ocre (de tonalidades rojiza a café), con figuras de animales, vegetales —algunas de ellas ahuecadas a manera de vertederas— y antropomorfas, principalmente en forma de mujeres embarazadas, aludiendo a la fertilidad, además de guerreros, caciques y jugadores de pelota, que hacen referencia a la fortaleza”.
En esa exposición destaca una escultura de 35 centímetros (cm) de alto y 22 de ancho, con la figura de un líder, posiblemente un cacique, que se encuentra de pie con un abanico en una mano y un bastón de mando en la otra, y del que se puede apreciar su vestimenta compuesta por un calzoncillo y un tocado con una banda cruzada.
De igual forma, se exhibe una vasija de Colima de 24 cm de alto, compuesta por un cajete de 32 cm, de diámetro, sobre el cual descansan representaciones de alimentos que quizá sean camarones de río, conocidos en la región como chacales.
Además, se muestran alrededor de 10 figurillas de perritos —de dimensiones variadas— originarios de Colima y el centro de Jalisco, de superficie brillosa, los cuales destacan por su valor simbólico, “pues para las poblaciones prehispánicas del Occidente de México eran los guardianes de los muertos y sus guías durante el recorrido al inframundo”, señaló la especialista del INAH.
Asimismo, se exhiben algunos pendientes para la creación de collares, elaborados en obsidiana negra y café rojizo (esta última característica de la región), que poseen diversas figuras como círculos, cruces, medias lunas y figuras humanas.
La muestra se conforma de cuatro módulos temáticos: Presentación, La Sociedad, Naturaleza y Medio Ambiente y Ritualidad, que versan sobre la ubicación geográfica en México y la explicación de la tradición Tumbas de Tiro, la composición de la sociedad prehispánica de la región y la identificación de sus jerarquías a partir de la construcción de las tumbas (por dimensión, ausencia o presencia de centros ceremoniales sobre ellas) y la riqueza de las ofrendas.
Además, se toca el tema de la importancia de la naturaleza para dichas civilizaciones antiguas, al evocarla continuamente a través de diversas piezas zoomorfas y de vegetales, así como del simbolismo de algunas figuras como los perros, guardianes y guías de los muertos, o las mujeres embarazadas que refieren a la fertilidad de la tierra y por tanto a la agricultura.
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