Kansas City, E.U.-
Por fin sonríe a plenitud. Marco Fabián ya no carga con culpas. Cumplió a cabalidad la promesa que se hizo cuando fue separado y suspendido del Tricolor Sub-23, debido a aquel oscuro episodio con prostitutas en Ecuador.
Lo único que deseaba era tener la posibilidad de demostrar por qué Luis Fernando Tena le tiene fe ciega. Lo hizo en el selectivo rumbo a Londres 2012, como alma ofensiva del equipo.
“Nunca dejé de creer en mí”, asegura, orgulloso. “La calidad siempre estuvo ahí y nunca he perdido de vista mis objetivos”.
“Todavía quedan muchos por cumplir, porque voy paso a paso, y me gusta tener retos en mi carrera. Ahora, hay que seguir trabajando para que haya muchos más”.
El próximo, con la camiseta nacional, será marcar diferencia en los Juegos Olímpicos. El máximo responsable del representativo nacional lo ha visualizado así desde que fue invitado a colaborar con José Manuel de la Torre, lo que explica su apoyo irrestricto.
Marco se siente feliz por haberle respondido a la hora cero, con anotaciones y servicios para gol, aunque no cree que haya estado en deuda con Luis Fernando.
“No lo veo como una cuenta, sino agradecerle por completo la confianza que me ha dado… A él y todo el cuerpo técnico, pero este camino sigue”, recuerda. “En ningún momento perdí esa meta y ahora me toca disfrutar, empezar a pensar en los Juegos Olímpicos”.
“Se lo demostré desde el primer momento dentro de la cancha [las ganas de resarcirse]. [Tena] es un magnífico entrenador, te da mucha confianza y tiene mucha visión de los jugadores. Le respondí de la mejor manera y traté de asumir lo que me tocaba… Ahora es agradecer, tener mucha satisfacción”.
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