México, D.F. / Octubre 28.-
¿Qué dicen sobre esta época los desplazamientos de las prácticas artísticas basadas en objetos a prácticas basadas en contextos, hasta llegar a insertar las obras en medios de comunicación, espacios urbanos, redes digitales y formas de participación social?, es el cuestionamiento neurálgico que Néstor García Canclini se hace en su libro “La sociedad sin relato. Antropología y estética de la inminencia”.
Uno de los puntos de partida de este libro es sostener que la pregunta principal no es qué es el arte, sino cuándo hay arte, explica el antropólogo argentino a KIOSKO de EL UNIVERSAL. Cuestionamiento que el autor se hace tras participar en una comisión convocada por la Unesco para revisar los criterios por los cuales se establece qué bienes deben ser considerados patrimonio de la humanidad.
“La propia Unesco acepta que las formas de decidir cuando un bien puede ser reconocido son bastante arbitrarias, porque incluyen desde lugares como Teotihuacán, un bien histórico de mucha antigüedad muy valorados por la población, hasta ciudades modernas como la propia Ciudad Universitaria de la UNAM”, explica.
Este debate instó a García Canclini hurgar entre esos intersticios y observó que se planteaban problemas de valoración estética y cultural semejantes a cuando se trata de decir si una obra es de arte o no.
El investigador creador del concepto de “hibridación cultural”, describe mediante un análisis socio-antropológico, el panorama de las prácticas artísticas contemporáneas observando lo que sucede en algunos talleres, obras, museos, subastas y teorías que ha atendido a lo largo de varios años de trabajo.
Así, trabajos de artistas contemporáneos como León Ferrari, Antoni Muntadas, Santiago Sierra, Carlos Amorales, Gabriel Orozco y Francis Alÿs, forman el corpus analítico de una obra que tiene como intención, según Canclini, colocar problemas sobre la visión de las prácticas artísticas contemporáneas y contar la manera en que se las hace.
“Este intento, que tiene su punto de partida en la antropología, tiende también a tomar en cuenta muy cuidadosamente la perspectiva de la obra, todo lo que está pasando, de las interacciones que nos da no sólo una mirada externa, sino situada en lo que está sucediendo dentro de las relaciones artísticas y del arte con las sociedades”.
“Si algo podemos decir sobre la sociedad, es mirando lo que sucede en el arte y participando en él, su comunicación, su recepción y lo que en el arte se está pensando”, dice.
Invitación a radicalizar formas
“La sociedad sin relato” es una propuesta de reflexión a investigadores de las ciencias sociales, dice Canclini, “que así como en otros momentos aprendieron mucho de la economía y de las ciencias físicas para hablar de la sociedad, hoy tenemos que escuchar y ver lo que sucede en el arte contemporáneo porque es allí donde se está elaborando imaginariamente, con una perspectiva más libre, un relato que puede sacarnos de este estancamiento, de esta circularidad, de esta oscuridad cuando leemos el periódico cada mañana”.
Por otro lado, cuando digo la sociedad sin relato, explica el autor, no me refiero a que falten, si existen y muchos, pero no hay ninguno que organice la diversidad en un mundo cuya interdependencia hace desear que exista.
Y entre esa variedad de relatos emergentes García Canclini sitúa a los que se han creado entorno a la irrupción de las tecnologías digitales. “Los millones de personas pertenecientes a Facebook participan de cierta narrativa que los hace amigos, cualquiera que sea el significado de esa palabra, comparten conocimientos y experiencias pero también hay mucha simulación; jugamos a que somos amigos”, explica.
La presentación de este libro, editado por Sexto Piso, se realizó el pasado martes en la Galería Metropolitana de la UAM, acto en el que García Canclini instó a los investigadores en ciencias sociales a aprender de lo que hacen los DJ´s y los artistas contemporáneos, radicalizar sus formas”.
Discussion about this post