México, D.F. / Octubre 28.-
El graderío de inmediato se pone de pie. El título en el frontón de 30 metros tiene dueño. Los hermanos Arturo y Alberto Rodríguez Faisal se funden en un abrazo eterno. Aplausos interminables. El mariachi acercándose a la cancha del Complejo Panamericano de pelota vasca, interpretando “El Rey”.
Aflora lo más puro de sus sentimientos. “Eres el mejor, es un honor que seas mi hermano. Eres una motivación para mí”, dice Arturo. Alberto aprieta el abrazo y responde: “Por fin lo logramos”. Han sido campeones del mundo por separado. Ahora, la vida les brinda la oportunidad de disfrutar un título juntos. En su casa.
En la cancha, los tapatíos acaban de demostrar la excelencia de su juego. Por algo están considerados como los mejores frontenistas del planeta. Arturo, al fondo del campo dispara de su raqueta tiros que provocan un efecto endemoniado a la pelota de goma.
Alberto, al frente, salta fintando un disparo y sorprende con una dejadita que deja sin oportunidad a los cubanos Daniel Alonso y César Arocha.
Los parciales lo dicen todo: 12-2 y 12-5. Los hermanos Rodríguez Faisal son campeones panamericanos. El título tiene un sabor diferente. Es único, porque lo ganaron juntos. Alberto, Andamio como le dicen sus amigos, es más serio. Arturo, o Turi, como lo llama su hermano, es más efusivo.
“Es la primera vez que me toca ganar dentro de la cancha y no como suplente. Además con mi hermano, entonces por eso lloro. Muchas gracias a mi familia y me voy a seguir esforzando para que este no sea el último oro”, explica Arturo entre lágrimas.
“Me conmueve estar con mi hermano, me conmueve el pasado, tuve oportunidades cuando estaba en mi mejor momento y una lesión en 2009 me dejó fuera de una Copa del Mundo. Es increíble, es un sueño que tenía desde muy chico”, añade. Son los sollozos de un campeón panamericano.
Alberto ve la emoción de su hermano a unos metros de distancia. Se conmueve a su modo. Y afirma: “Es la medalla que más quiero, a lo mejor el partido no estuvo tan apretado como en otras ocasiones, pero sí es un cariño muy especial. Esperábamos la medalla y espero que sea la primera de muchas”.
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