México, D.F. / Abril 20.-
“¿Casarme fue una decisión consciente? Quizá la segunda vez, la primera fue por mero impulso”, contesta Leonardo Arreola, de 35 años. “Quiero decir, lo hice porque no me gusta estar solo, pero también me di cuenta que no me gusta despertar con la misma persona”.
A pesar de las mejorías que trajo consigo el divorcio exprés para quienes lo solicitaron, como conseguir la anulación del matrimonio en 30 días y con menos de cuatro mil pesos, también ha creado matrimonios fugaces e incluso frívolos o cómicos.
Tan sólo el año pasado estos trámites registraron un aumento del 3.8% y las mujeres fueron las que más solicitaron, con cerca del 52%.
Aquí te presentamos 10 testimonios de ciudadanos que realizaron el trámite durante febrero y marzo pasado. La mayoría, mayores de 30 años, duraron casados entre uno y cinco años. Se trataba de su primer matrimonio.
La razón más frecuente de divorcio fue la falta de conocimiento entre las parejas. Aunque creyeron conocerse lo suficiente, hábitos, detalles personales y prácticas de cada uno fueron los detonantes en la separación.
“No éramos esposos, fingíamos serlo”
Leticia González, de 30 años, tiene dos hijos y ahora vive en Tlatelolco. “Aceptarlo fue la decisión más difícil”, aclara durante la entrevista. Su matrimonio duró cinco años y tuvo como escenario un departamento en San Juan de Aragón, al norte de la ciudad.
“Él pasaba la mayor parte del tiempo jugando videojuegos y viendo televisión. Imagínate a dos desconocidos con un hijo y en espera de otro”, comentó.
La también pasante de la carrera de Odontología aseguró que todo cambió después de que se casaron: “Ganó algo de peso y dejó de tocarme. Sentados a la mesa, no éramos realmente esposos, fingíamos serlo. Terminaba muy cansada”.
Cerca del final de la charla, confesó que en ocasiones lo descubrió mirándole durante el sueño: “Lo hacía con odio, pero siempre estaba al despertar. Eso me daba seguridad, hasta que decidió irse. Dos años tardó en proponerme matrimonio y menos de un mes en divorciarse”, lamentó.
Dos veces “ex”
“¿Casarme fue una decisión conciente? Quizá la segunda vez, la primera fue por mero impulso”, contesta Leonardo Arreola, de 35 años.
Tiene dos divorcios, cada matrimonio de al menos un año. “Con cada una duré de novios como 11 meses, recuerdo. Con un mes de casados, ya odiaba sus hábitos en el baño, la recámara o la cocina. Pasaba más tiempo en la calle que con ella”, confiesa.
Sobre sus últimas dos visitas con su abogado, relata: “Al final, ya no te importa mucho el amor. Odias su presencia. Te desesperas porque llegue la firma del acta”.
Y antes de despedirse, confiesa: “Pero sí quiero volver a casarme otra vez, algún día”.
“Me engañó casi todo el matrimonio”
Marcos Gaytán, de 40 años, es padre de un hijo al que no ve. “Ella no me lo permite, a pesar de la decisión el juez”. Ha tratado de buscarlo, pero su ex esposa lo evade. “Ella se quedó con el niño y hasta le dio un nuevo padre”.
Hace un par de años, la conoció en la oficina y se casaron poco tiempo después. “Un maestro del deportivo es el nuevo padre y también con quien me engañó casi todo el matrimonio”, lamenta mientras ríe, cabizbajo.
Fue Gaytán quien pidió el divorcio y en menos de dos meses lo consiguió: “Me lo confesó todo en su cumpleaños y me convenció de que era una prueba, fue ahí cuando comenzó el final de todo”.
Dos divorcios, un mismo esposo
Mayte Barreto, de 33 años, estuvo casada durante cinco años. “Tuvimos dos divorcios. Nos despedimos y volvimos y otra vez nos despedimos. A veces pasa, ¿no?”.
Comenta que el proceso de divorcio es muy rápido, actualmente. “Sin causales, conseguirlo es muy sencillo. Incluso te lleva a ser muy impulsivo; la primera vez, por ejemplo, me divorcié porque estaba aburrida de sus malditas rutinas”.
La segunda vez, ambos acordaron solicitar el divorcio: “Era muy duro vernos a diario. No teníamos nada en común. Dormíamos en horas distintas y casi nunca en nuestra cama”.
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