San Martin Texmelucan, Pue. / Diciembre 21.-
Acarició los féretros uno a uno y dijo adiós a su esposa, a sus cuatro hijos, a sus cuatro nietos y a su nuera. Don Jaime Medel se despidió lentamente de ellos queriendo evitar que los sepultaran, que quedaran para siempre debajo de la tierra.
Su tragedia es la de toda una comunidad. La gente se le acerca para darle una palmada en la espalda, para expresarle su pésame, para decirle que no está solo y que si necesita ayuda, basta con que la pida. Es la gente que abarrotó la parroquia de este municipio este lunes al mediodía, cuando se ofició la misa de cuerpo presente de la familia Medel Brito. Es la gente que ahora vislumbra un futuro difícil para don Jaime: “Ahora se va a acabar más rápido”, dicen. ¿Qué hará cuando de pronto se encuentre solo en su casa y ya no vea a sus nietos jugar?, ¿quién verá por él?, se preguntan. Qué fuerte habrá sido para él tener que reconocer todos los cuerpos y recibir sólo las cenizas de su hija Miriam, imaginan sus vecinos.
La tragedia de don Jaime es de toda la comunidad. La experiencia de recibir los restos de su familia totalmente irreconocibles, salvo por el lugar donde fueron encontrados, es la misma que enfrentan los familiares de las 29 personas que murieron tras la explosión originada en un ducto de Petróleos Mexicanos (Pemex). Hasta este domingo los muertos eran 28, pero la cifra aumentó a 29 porque los servicios forenses encontraron que una mujer murió abrazada a sus dos hijos; no sólo a uno como se suponía.
Don Jaime ya no tiene dónde vivir. Por lo menos 32 familias perdieron por completo sus casas. Tampoco se ha acercado nadie a él para ofrecerle el pago de alguna indemnización. Los gastos funerarios corrieron a cargo de los propios familiares. Los féretros que supuestamente debían ser entregados por el gobierno municipal no llegaron.
Benito Pérez, hermano de Mariana, de 28 años de edad, la nuera de don Jaime, quien murió calcinada, teme que la ayuda prometida nunca llegue. “Como están diciendo que las culpables (de la explosión) fueron unas personas que estaban ‘ordeñando’ los ductos, van a decir que ellos no son los responsables y se van a lavar las manos, como siempre”, afirma.
Juan Alberto Medel, familiar de los fallecidos y otro de los afectados, narra: “Seguramente los muertos son como 70 y lo están ocultando. Nosotros vivimos ahí y por las condiciones en las que quedaron las casas, y de que no había salidas, sabemos que muchos han de haber quedado entre el fuego. No había por dónde salir, todos nos atascamos en la salida hacia la autopista, se hizo mucho tráfico, todos queríamos salir y no sabíamos hacia dónde dirigirnos. La gente corría por todos lados”, cuenta.
“Yo cuando logré salir vi la casa de mi familia y que ya la habían alcanzado las llamas, pero no quise pensar que ellos estaban ahí adentro todavía”, dijo Juan Alberto, quien se quemó parte del rostro a pesar de que estaba a unos 20 metros del fuego.
La tragedia de don Jaime es la misma que de la de todos los afectados. Hay incertidumbre sobre la ayuda que las autoridades les prometen y que aún no llega.
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