México, D.F.-
En la calle de Chihuahua número 78, en la colonia Roma Sur, se erige un singular conjunto habitacional cuya fachada ostenta diversos motivos arquitectónicos que la catalogan como el único inmueble en la capital mexicana que conserva en su totalidad el estilo art nouveau.
Sobre la misma calle en donde se ubica ese inmueble, obra de la compañía catalana Arquitectura Prunés, es posible apreciar una serie de edificios de diversos estilos, tamaños y formas. Por esos mismos rumbos, en la esquina de Álvaro Obregón y avenida Insurgentes, tres viviendas representan el último vestigio de una serie de edificios que conformaban el conjunto Lascuráin, considerado como el primer intento de ciudad jardín en la capital.
Ya en la zona norte, casi esquina con la Glorieta de los Insurgentes, se localiza el edificio más antiguo de la colonia Roma. Casi en ruinas y con un edificio vecino de 13 pisos, la antigua vivienda, ubicada en Jalapa 13, ahora funciona como bodega para los comerciantes de la zona.
Así de diverso es el mosaico arquitectónico que caracteriza y le otorga valor patrimonial a esta colonia que reúne buena parte de los estilos arquitectónicos desarrollados durante el siglo XX.
A falta de instrumentos legales que los protejan -pues aunque una obra figure en el catálogo de la Dirección de Arquitectura del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), esto no garantiza su protección-, buena parte de estos edificios con algún tipo de valor patrimonial se mantienen en pie gracias a la iniciativa ciudadana que busca salvaguardar su patrimonio arquitectónico.
Así lo refleja el proyecto de elaboración del Catálogo de Inmuebles y Elementos afectos al Patrimonio Cultural Urbano de las Colonias Roma Norte y Roma Sur en la Delegación Cuauhtémoc del Distrito Federal que realizará la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco, en conjunto con la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda (Seduvi), a iniciativa del Movimiento Pro Dignificación de la Colonia Roma, A. C.
“El catálogo con el que hasta ahora contamos es el de Bellas Artes, que constantemente se actualiza. Es muy útil, pero lamentablemente sólo nos muestra fotografías de las fachadas de las casas”, dijo en entrevista Salvador De Maria y Campos, vocal de esta asociación civil, que desde hace cuatro años promueve el rescate y conservación de la zona.
“Nos percatamos de las demoliciones hormiga o clandestinas que suceden detrás de las fachadas de las casas y así es como estamos perdiendo constantemente patrimonio arquitectónico. No sólo queremos fachadas de utilería, lo que queremos es conservar estos inmuebles que hablan de cómo se relacionaba el hombre en el espacio, en el momento en que la colonia fue fundada”, añade el especialista en restauración.
La riqueza arquitectónica de la zona es tal que, según De Maria y Campos, existen cerca de mil 700 inmuebles catalogados por el INBA en la Roma Norte y más de 360 en la Roma Sur, lo cual significa que la colonia, en toda su extensión “agrupa casi 10% de los inmuebles del siglo XX catalogados en toda la República”.
Una de las intenciones del proyecto, que costará 1.5 millones de pesos, etiquetados desde la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, será impulsar un paquete de incentivos fiscales y la disminución de trámites para que los propietarios puedan aumentar la plusvalía de sus propiedades protegidas por el INAH o por el INBAL, ya que actualmente la protección les resta valor comercial por la serie de trámites y restricciones que implica intervenir un inmueble con valor artístico o histórico.
“Quien tiene un inmueble catalogado e invierte en su restauración tiene beneficios fiscales importantes. Por lo pronto, el costo de la licencia por trabajos de restauración no tiene cargo alguno. Después, si los propietarios tramitan su declaratoria como monumento artístico ante Bellas Artes, en caso de obtenerla pueden adquirir beneficios fiscales mayores, como la extensión del impuesto predial”, explica De Maria y Campos.
Para el arquitecto Gerardo Estrada Straffon, la elaboración de un catálogo de inmuebles es tan sólo un paso dentro del proceso de conservación. “Muchas veces la catalogación se cree que es conservación, pero es sólo un punto más. Lo tienes documentado, pero no por tenerlo catalogado significa que esté protegido y aquí es donde la legislación tiene una gran laguna, puedes tener un edificio catalogado con el título de patrimonio artístico y lo que quieras, pero aún así te lo tiran”.
Mosaico arquitectónico
Fundada a finales del siglo XIX y principios del XX, la colonia Roma representa una síntesis no sólo de la historia de la arquitectura mexicana, sino de la historia de la ciudad de México, comenta en entrevista la investigadora del Departamento de Procesos Históricos y Diseño, de la UAM- Xochimilco, Adriana Contreras.
“A lo largo de su existencia ha representado las aspiraciones de la sociedad que marcaba las condiciones políticas, económicas, sociales y culturales; como consecuencia, esta sociedad deja plasmada su huella con una mezcla de estilos que caracteriza a la colonia, desde la arquitectura decimonónica con el eclecticismo, con todas sus manifestaciones en los revivals, el art noveau, neomedieval, neoislámica en la primera década del siglo XX, y posteriormente el art decó y el movimiento moderno dejaron ondas huellas en la fisonomía de esta parte de la ciudad”.
Con una vasta riqueza arquitectónica, la colonia se caracteriza, según el arquitecto Carlos Flores Marini, por su visión de conjunto.
“Hay ejemplos espléndidos de arquitectura ecléctica, que es también una de las arquitecturas que tenemos que revaluar. Muchas veces en una calle hay dos o tres ejemplos de primera categoría, puede que no tengan esa calidad pero hacen conjunto, y eso es lo que hace a la ciudad. A la ciudad no la hacen las obras ni los grandes arquitectos, la ciudad la hace la arquitectura anónima, la arquitectura de conjunto y en la Roma todavía hay una gran unidad en muchas partes”, dice el arquitecto restaurador.
En eso coincide Contreras, quien afirma que la mezcla de estilos y formas se debe a que fue la primera colonia que ofreció la venta de predios mediante los créditos de vivienda con el Banco Mutualista, lo cual permitió que su población desde sus orígenes fuera de distintos estratos sociales. “A eso se debe que encontremos grandes mansiones, así como vecindades o edificios de departamentos”.
Y a 100 años de su fundación, la colonia aún conserva esos contrastes que la hacen única en la capital.
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