México, D.F. / Abril 19.-
La música sacra se componía a la gloria de Dios y estaba destinada a establecer una comunión con el ámbito de lo sagrado. Pero a partir de los años 60 del siglo XX, la secularización de la música religiosa ha sido funesta para el pensamiento de este arte.
Así lo afirma el compositor Mario Lavista, Premio Nacional de Ciencias y Artes en 1991 y miembro de El Colegio Nacional desde 1998, quien brindará la conferencia magistral “Música sacra” en la Universidad de Chicago, como parte del programa La Cátedra Cultural de México, que consiste en la presencia de artistas consagrados y jóvenes creadores emergentes mexicanos en diversas universidades de Estados Unidos.
“La música era una de las disciplinas del quadrivium, el cual era un cuerpo de conocimiento en la Edad Media y en el Renacimiento, conformada también por la aritmética, la astronomía y la geometría. De manera que la Iglesia concebía a la música como una especie de puente espiritual entre el hombre y la divinidad”, explicó.
De acuerdo con el compositor Mario Lavista, la música religiosa se llamaba especulativa, ya que la palabra “especular” proviene del latín speculum, la cual quiere decir espejo.
“La música era concebida como el espejo de un orden superior. Ahora, imagínese que después de tal importancia la Iglesia metió al templo a las estudiantinas y a los espontáneos que hacen melodías de una pobreza y cursilería verdaderamente insultante. Estoy seguro de que mientras esa música suena, Dios y su séquito se salen de ahí”, comentó Mario Lavista.
A decir del catedrático y divulgador de la música contemporánea de concierto, la Iglesia eliminó la reflexión inteligente y rigurosa del seno de la institución y “arrumbó a la música en el rincón del más superficial y ramplón entretenimiento”.
“Me parece que esto se dio por populismo y porque la Iglesia se convirtió en una institución inculta, basta escuchar hablar a obispos como Onésimo Cepeda para darse cuenta de esto. Soy creyente y siempre me he sentido atraído por la música religiosa, pero estoy totalmente alejado de la institución porque me parece impresentable”, refirió.
La primera obra religiosa que Lavista escribió data de principios de los años 80, cuando dedicó una pieza a la muerte de su tío.
Desde entonces se ha dedicado a esta música, llegando incluso a componer una misa para coro a capella y otro tipo de obras religiosas. Pese a esto, Mario Lavista habla poco sobre el tema, mismo que ahora abordará en la Universidad de Chicago.
“Hablaré de dos obras en particular: el Stabat Mater para ocho chelos y coro, y un Salmo que escribí para la soprano Lourdes Ambriz y su esposo Luis Antonio Rojas. Decidí orientar mi charla a estas obras porque son un espejo más fiel que mis palabras, ideas y afanes compositivos. Además, nada ni nadie puede suplir el acto mismo de escuchar música”, mencionó.
Mario Lavista, considerado una de las figuras protagónicas de la música mexicana de nuestro tiempo, dictará la conferencia el 25 de abril y estará una semana en esa universidad para brindar un seminario sobre composición.
“Hace 10 años fui maestro de esa universidad, por eso me han invitado a quedarme unos días más para hablar sobre la composición. Y tener la oportunidad de hablar sobre mi trabajo y mi gusto por la música sacra me parece que es una oportunidad maravillosa”, comentó el compositor.
Discussion about this post