México, D.F.-
Hay dos condiciones para hacer de “Cavalia” un gran espectáculo: la convivencia entre jinete y caballo, y rescatar a dichos animales de granjas para convertirlos en estrellas del show.
“Si hay un mensaje dentro del show es ese: cuidar a los animales y buscar esa armonía en su trato”, dijo Eric Paquette, vocero de la compañía canadiense, que a partir del 11 de mayo se presentará en la Carpa Santa Fé, de la ciudad de México.
Cuarenta y ocho animales y mismo número de acróbatas desarrollarán durante dos horas evoluciones, “nunca antes vistas en México”, en una superficie de ocho mil cinco metros cuadrados.
“Es el mismo espectáculo que montamos en Las Vegas, o en Europa el que traemos aquí. Ahorita tenemos una compañía en San Luis Missouri, pero una semana antes de que empecemos las funciones llegarán los caballos y artistas”, detalló el representante de la producción.
Mientras el portavoz da detalles sobre el show, un grupo de 100 personas levantan la carpa blanca en la que se montará un escenario de 49 metros de ancho, misma longitud que un campo de futbol soccer
En sólo diez minutos la lona con un peso de tres toneladas fue levantada a una altura de poco más de diez metros, que servirá para cobijar a los que hacen posible el show.
“Además de los jinetes y caballos hay un grupo musical que acompaña los números de cinco músicos y un cantante, que dan color al show”, añadió Paquette.
Rescatan caballos, hacen artistas
Una dieta balanceada y rutinas de calentamiento son parte de la preparación de quienes hacen las acrobacias de “Cavalia”, pero las verdaderas estrellas del espectáculo son los caballos, muchos de ellos adquiridos a bajo costo o adoptados.
“Nosotros hablamos y vamos con gente que está en las granjas, para comprar los caballos que no les sirven para el trabajo fuerte que requieren. Viajamos por distintas partes del mundo y ahí vemos si hay ranchos o lugares donde los tengan y no los utilicen, no adquirimos animales lesionados, pero sí los que han sido relegados de su actividad normal”.
Los animales son parte central del show, por lo que su cuidado y traslado es minucioso.
“Ellos llegan una semana antes de la temporada para ambientarse al lugar, pero siempre tratamos que se sientan como en casa: traemos un equipo de veterinarios y la relación con el jinete es de años atrás para evitar desconfianza; a la hora de que están en el establo procuramos que tengan a los mismo vecinos en todos los viajes para evitar su intranquilidad y que se encuentren a gusto en el show”, destacó el canadiense.
Los costos para ver la presentación oscilan entre 500 y 2,697 pesos, éstos últimos parte de un paquete que contiene el acto, ensayo y preparación del show, con convivencia una hora antes.
“Son los mismos costos que manejamos en cualquier país donde damos shows”, aclaró el portavoz.
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