México, D.F.-
La vocación de Libros Magenta, la editorial independiente fundada en 2006 por Ana Rosa González Matute y Gabriel Bernal Granados, es doble: buscan publicar autores mexicanos no conocidos ni consagrados, que cultivan géneros que no interesan a las editoriales comerciales; y al mismo tiempo, se han propuesto traducir y publicar a autores extranjeros de primer nivel.
A esta editorial que entre sus colecciones tiene una dedicada a la narrativa y otra al ensayo sobre la ciudad de México, le interesa publicar poesía, ensayo, narrativa y “la abolición de los géneros”; apuesta por crear un catálogo de literatura en estado de emergencia.
‘Emergencia’ no en el sentido de que sea una literatura que necesite ser socorrida por médicos, sino que está saliendo a la superficie; con ese afán cuentan ya con un catálogo conformado por 32 títulos.
“En el caso de los escritores mexicanos, nos interesa difundir y promover lo que será; nos preocupa y nos ocupa el futuro de la literatura mexicana, por eso apostamos por los futuros nuevos autores”, señala el editor Gabriel Bernal Granados.
El poeta y traductor afirma a EL UNIVERSAL que los grandes escritores mexicanos de hoy en día, como José Emilio Pacheco, Carlos Fuentes, Fernando del Paso, Carlos Monsiváis y Eduardo Lizalde, cuando jóvenes fueron publicados en editoriales independientes o de bajo presupuesto, entre las que destacan las ediciones de Juan José Arreola, como Colección de los presentes y Cuadernos del Unicornio.
“Nosotros retomamos esa tradición de la literatura mexicana, de escritores que también son editores y que se preocupan por la difusión y la publicación de las obras de sus contemporáneos, como Ana Rosa y yo, que hemos puesto interés en las nuevas generaciones de escritores mexicanos”, afirma Bernal Granados.
Esa empatía con proyectos marginales o experimentales tiene que ver con que Ana Rosa y Gabriel también son escritores y conocen los sinsabores de buscar editor; sin embargo, ellos no pueden publicar a todos. “Hacemos un esfuerzo para publicar aquello que nos llama la atención y lo publicamos de la manera más digna posible, con libros bien hechos”.
Consumo de minorías
En cinco años, Libros Magenta ha publicado títulos emblemáticos con muy buena recepción, sobre todo en los últimos dos años, cuando han logrado el reconocimiento de parte del gremio literario y del lector común, que dice Bernal Granados, no pertenece a ninguna capilla literaria.
“Nuestros libros están dedicados al consumo de las minorías que consideramos son fundamentales para la creación de cultura en un país que pide a gritos este tipo de publicaciones y empresas”, señala el editor.
A esa labor se dedican ellos y otras editoriales independientes en México, editores y escritores que se dan cuenta de la necesidad de tomar los medios y generar la cultura.
“Estoy convencido de que somos los editores independientes, con este tipo de propuestas y riesgos, los que estamos haciendo la cultura mexicana actual, no son las instituciones”, afirma Bernal.
Libros Magenta ha conformado un catálogo “caracterizado por darle la espalda al mercado, y por cultivar una literatura ajena a todo este panorama de lo vendible, de lo comercial, de lo digerido y digerible. Es una literatura de riesgo”.
Así seguirán hasta que las coediciones lo permitan, reconocen que en buena medida dependen de las coediciones con instituciones culturales como el Instituto de Cultura de Morelos y la Secretaría de Cultura de la ciudad de México, con la que tienen dos colecciones pero no saben si los van a seguir apoyando, “sería lamentable que la Secretaría de Cultura decidiera retirar el apoyo”.
Libros Magenta podría cerrar el año con otros libros más, entre ellos uno de Josely Vianna Baptista, uno de Paulo Levinsky y un ensayo del crítico Jorge Juanes.
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