México, D.F.-
A lo largo de la historia las mujeres han tenido un papel fundamental en la preparación de alimentos. En ella, ha caído la actividad de alimentar a la familia ¿quién no recuerda la sazón de mamá? ¿Entonces, por qué es el hombre el que ha ganado terreno en el negocio restaurantero? A ello, reconocidas chefs de México responden, además de resaltar la importancia de la damas en la cocina.
Carmen Ramírez Degollado, “Titita”, propietaria del restaurante El Bajío, desde hace más de tres décadas y otras sucursales en varios puntos de la ciudad, dice que las mujeres han construido la historia culinaria del mundo cimentada en un legado anónimo.
“Si alguien piensa que la mayoría de los grandes cocineros son hombres, comete la mayor de las injusticias obviando a todas aquellas que son un simple engranaje de transmisión de un legado, que por lo cotidiano, hay personas que no lo valoran”, explica la chef.
Tenacidad y fuerza
Actualmente, dice, la mujer está teniendo un lugar importante en el negocio restaurantero, ya que es un ejemplo para que los hombres, sin ser feminista, se den cuenta de que en un negocio se tienen que cuidar los detalles, seguir adelante, no abrir y cerrar, porque ya no les gustó, ya que esa es la tenacidad que tiene la mujer.
“Nosotras contamos con la seriedad en la parte profesional. En la que no nos distraemos por irnos a la parranda. Programamos bien el trabajo de una cocina. La mujer no tiene la indiferencia de un hombre. La mujer es capaz de mantener un hogar, de trabajar y, además, de estar pendiente de los hijos”, expresa la cocinera, quien quedó viuda hace más de 30 años y se hizo cargo de mantener y educar a sus cinco hijos.
“Titita” relata que cuando se hizo cargo del restaurante en Azcapotzalco, tuvo muchos obstáculos para salir adelante. Los hombres pensaban que no contaba con la autoridad necesaria para dirigir un restaurante.
“Cuando los señores que llegaban al negocio y bebían de más les decía, aquí se acabó la bebida, ellos se ponían pesados pero pude controlar la situación y mírame aquí. Otro caso fue que mi casero no creía que yo podría sostener el restaurante, y me dijo que pensó que al año iba a quebrar. Desafortunadamente vivimos en un país de machos y hace 35 años era difícil dirigir un restaurante, sobre todo en la zona de Azcapotzalco”, explica la chef.
Terreno ganado
Carmen Ramírez agrega que cada vez más las mujeres han ido ganando terreno en el negocio restaurantero, ya que ellas han estado a la sombra de un cocinero, ejemplo de ello, las mayoras.
“El machismo está tomando conciencia de que la mujer es parte de la pareja. Ahora, comparten los gastos de la casa y las experiencia de un día de trabajo, definitivamente hemos recobrado el papel que le corresponde”, dice Titita.
Ecos de la experiencia
Mónica Patiño, propietaria del restaurante MP Bistro y conductora de programas de televisión, menciona que antes no había alternativas, la mujer no era responsable de sí misma, fungía un papel establecidos por la sociedad.
“Hay algo importante, yo que soy madre de familia aparte de ser empresaria, veo que una mujer que trabaja tiene mejor relación con sus hijos. La fémina reúne a seres independientes en un sólo techo, ya no es el papel de mamá eterno”, manifiesta Patiño.
Ya hemos dejado de ser las abnegadas, resalta la chef, y no es que estemos compitiendo con el terreno masculino, pero estamos partiendo de una mujer que ya no necesita un hombre para ser, ahora estamos compartiendo la vida con otro ser. Ellos, también tienen que madurar en eso.
“A los hombres les llama la atención este cambio y se sienten amenazados, porque su terreno era estar arriba de la pirámide, como el seudo poder en donde tenían a su mujer, a su amante, a sus hijos, a sus negocios, a sus caballos, a sus coches y, entonces, la mujer era como un objeto más.
“Ya los varones jóvenes lo están entendiendo. Por el contrario, los adultos nos quieren ver abajo, no quieren que brillemos porque entonces ellos no brillarían, no nos quieren ver crecer”, añade.
Martha Ortíz, otra destacada empresaria, dueña del restaurante Dulce Patria, dice, que a ella le emociona saber de alguna mujer que brille, ya sea como médico, empresaria y hasta en puestos de la política.
“Lo que en México todavía no nos toca es la vista a la maternidad. Todavía hay mujeres que, por muchas circunstancias, tienen siete, ocho y hasta nueve hijos. Pero, cuando la mujer tiene el derecho de preguntarse sí quiere casarse, si quiere tener hijos, creo que el ejercicio a la libertad es muy importante. Considero que no sólo en el negocio del restaurante estamos ganando terreno, hay mujeres destacadas en otros ámbitos”, puntualiza Ortíz.
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