México, D.F.-
La ópera “Nabucco” fue el primer gran éxito de Giuseppe Verdi y lo encaminó hacia una brillante carrera operística. Su impacto no sólo se debió a su calidad musical y al tema bíblico, sino también a que el compositor supo instigar la acción patriótica con su música en un momento en el que Italia lo necesitaba; el aria “Va’ pensiero” se convirtió en el grito de reunión para la resistencia italiana a la ocupación austriaca.
El título y el contexto en el que nació y se representó, serán llevados a escena en el Palacio de Bellas Artes el 10, 12, 14 y 17 de junio. La propuesta, dice el director de escena Luis Miguel Lombana, es presentar a un “Nabucco” tras bastidores.
“Lo que propongo es un lenguaje doble en escena. Veremos a una compañía italiana en la época en la que se estrenó (1842) haciendo el colosal esfuerzo de montarla y al título en sí mismo; de manera que vamos a ver dos puestas en escena al mismo tiempo”, explicó.
La pretensión, añadió, es hacer un homenaje a ese momento crucial en la vida de Verdi. “El espectador que venga a vernos se llevará todo tipo de información: un marco histórico de lo que estaba pasando en ese momento en Italia, la vida privada de Verdi y verá Nabucco”.
Lombana aseguró que está dispuesto a correr el riesgo de su propuesta escénica. “La gente quiere ver ‘Nabucco’ sin ninguna interrupción y lo hará, pero cuando se escuchen las partes orquestales habrá acciones dramáticas que tienen que ver con Italia y con el esfuerzo de los artistas por montar el título, será como si la viéramos tras bastidores, habrá tres historias simultáneas: Nabucco como ficción, la compañía italiana montándola y el contexto histórico”, explicó.
Y añadió: “El riesgo es que a la gente le estorbe mi historia italiana, que no le interese ni le preocupe el contexto, que sólo quiera ver ‘Nabucco’ y a toda la historia del pueblo hebreo en cautiverio. Si al público le estorba mi historia italiana, me lo hará saber y me lo recriminará”
Figura internacional
La ópera en cuatro actos contará con la participación del Coro y Orquesta del Teatro de Bellas Artes, bajo la dirección concertadora de Niksa Bareza, y el elenco está conformado por los barítonos Genaro Sulvarán y Juan Orozco, las sopranos Elena Pankratova y Bertha Granados (los cuatro alternan funciones) y el bajo Noé Colín, quien se ha destacado por su carrera internacional, actualmente radica en Suiza y tiene más de 65 roles en su repertorio.
“Interpreto a Zacarías, papel que canté por primera vez hace 22 años en Bellas Artes, en el concurso Carlo Morelli y ahora lo volveré a cantar en nuestro gran recinto. He cantado repertorio de Mozart, Rossini y poco a poco he entrado al repertorio verdiano, mi voz es más sólida y ya tengo la posibilidad de abordar este papel”, comentó en entrevista.
Además de Zacarías, interpretará a Próspero, el bajo que estrenó el papel en el siglo XIX. “Estamos haciendo teatro dentro del teatro”.
Respecto a su carrera internacional, el bajo que desde 1990 ha cantado como solista con diversas orquestas, mencionó que ha sido un gran reto “medirse” con otras figuras fuera del entorno mexicano.
“Es curioso que cuando regresas a México te enfrentas con quienes fueron tus compañeros y maestros, y muchas veces cuestionan si cantas o no, creo que a veces es más dura la crítica en México que en el extranjero, es una situación triste, pero es real. Aunque los italianos y los españoles son iguales”, contó.
“Me ha pasado que en algunos países me preguntan de dónde soy y se decepcionan, pero cuando digo que trabajo en Austria se asombran. A mis compañeros les digo que aunque seamos alumnos de diferentes maestros, somos mexicanos y debemos ayudarnos”, refirió.
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