México, D.F.-
La Zona Arqueológica de Comalcalco, en Tabasco, presenta un renovado museo de sitio, donde sobresale una moderna museografía y discurso actualizado. Exhibe más de 400 piezas arqueológicas halladas durante décadas de exploraciones, -desde su descubrimiento hace 130 años por el explorador Désiré Charnay hasta la fecha-.
En la novedosa área de exhibición de 750 metros cuadrados, distribuida en dos niveles y que duplica la extensión que tenía al momento de su apertura, se relata la historia del sitio, el entono natural, los rituales que ahí se efectuaban en la época prehispánica, las costumbres funerarias y la vida cotidiana, así el visitante vivirá la experiencia de visitar ese mundo maya.
Joy´ Chan (nombre original de esta urbe que en lengua mayense ch’ol significa “Cielo rodeado”) se ubica a 90 kilómetros de Villahermosa, Tabasco, y fue la ciudad más importante de la región de 550 a 900 de nuestra era.
Allí, el público podrá conocer parte del texto epigráfico maya más largo encontrado hasta la fecha en Tabasco, inscrito en glifos sobre la diminuta superficie de un aguijón de cola de raya, en el siglo VIII, que formaba parte de un ajuar sacerdotal, hasta los hallazgos arqueológicos más recientes en este sitio de la región occidental maya, efectuados por investigadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
Las piezas estelares del recinto son los ladrillos decorados en alto y bajo relieve, elementos constructivos que distinguieron a las edificaciones monumentales de Comalcalco. La nueva museografía incluye 50 de éstos, y forman parte de los cerca de dos centenares que se han hallado en el sitio arqueológico.
En el segundo espacio se muestran los últimos descubrimientos, entre los que sobresale un aguijón de cola de raya, grabado con glifos mayas en el siglo VIII, y que formaba parte del ajuar funerario del yajaw k´ahk´, “señor de fuego”, Aj Pakal Tahn. Conjuntamente con otros símbolos inscritos en pendientes de concha, el texto suma 260 jeroglíficos y relata 14 años de la vida de este sacerdote; esta ofrenda fue descubierta en 1998, en la fachada sur de los templos II y IIA de la Plaza Norte de la zona arqueológica, junto con otras 24 espinas, también con inscripciones, y otros objetos de carácter ritual.
El recorrido por el Museo de Sitio de Comalcalco comienza con el tema “La ciudad entre el agua y la selva”, en el que se explica el entorno geográfico, la flora y fauna representativa de Tabasco. En esta sección se pueden apreciar diversos ladrillos decorados con la imagen del lagarto y otros animales.
La visita continúa con “Los mayas del Clásico en Joy´ Chan”, donde se profundiza en el desarrollo cultural de los antiguos habitantes de Comalcalco, a través de subtemas como la lengua maya, la vestimenta y las alteraciones físicas como parte de sus costumbres rituales y estéticas, aspectos que se observan en figurillas y ladrillos grabados con figuras antropomorfas.
Las costumbres mortuorias son revisadas en el octavo tema del museo, “Funeraria”, que describe los diferentes sistemas de entierro; destaca el del sacerdote Aj Pakal Than, cuyos restos se encontraron acompañados de una rica ofrenda, compuesta por 30 puntas de raya (25 de las cuales tienen inscripciones), 90 pendientes de concha de caracol —34 de ellos grabados con glifos—, siete dijes antropomorfos y amorfos, fragmentos de pirita, cuentas, dientes de tiburón y navajas de obsidiana, entre otros elementos, todos cubiertos con cinabrio (pigmento rojo).
En “El ocaso de Comalcalco” se explica que el abandono de la ciudad sucedió de manera paulatina, hasta quedar en ruinas por 700 años; también se expone el origen de su actual nombre, que en lengua náhuatl se traduce como “Lugar de la casa del comal”, otorgado en el siglo XVI, a partir de las disputas entre la población indígena, ocurridas recién iniciada la Colonia. Se piensa que la denominación se debe a que los ladrillos con los que está construida la urbe semejan comales.
La visita termina con “Los yoko winikoob de la actualidad”, módulo que da testimonio de la persistencia de la cultura maya en Tabasco, a través de danzas, rituales, creencias y cultos representados en objetos etnográficos de las comunidades vivas.
El Museo de Sitio de Comalcalco fue construido con un diseño arquitectónico basado en las ideas del poeta tabasqueño Carlos Pellicer, y el guión museográfico de la arqueóloga Amalia Cardós; se abrió por primera vez al público en 1984, el recinto se ubica en la carretera federal número 187, a 2 kilómetros de la ciudad de Comalcalco, Tabasco.
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