México, D.F. / Octubre 28.-
En la celebración del día de san Judas Tadeo, miles de feligreses llegaron hasta la iglesia de san Hipólito, en la delegación Cuauhtémoc, zona centro del DF, principalmente para dar gracias y solicitarle a su santo trabajo y salud.
En entrevista, el rector del templo, Ernesto Mejía Mejía, aseguró que en el libro de visitantes destacan éstas dos peticiones, seguidas por el dejar algún vicio como el beber alcohol.
En punto de las cinco de la mañana y pese a las obras en las inmediaciones del templo, arribaban al templo los fieles para agradecer de diferentes formas los favores concedidos por el abogado de las causas difíciles y desesperadas.
Es el caso de la señora Blanca, quien contrató un mariachi para llevarle mañanitas a san Judas en agradecimiento por darle trabajo.
“Le ofrecí traerle sus mañanitas a san Juditas, pues me da mi trabajo que es para mis hijos. Es la primera vez que le traigo mariachi, pero cada año le ofrecemos diferentes cosas”, dijo Blanca quien tiene 12 años de ser devota.
Otros como el señor José se visten como san Judas en gratitud, pero en su caso, además invirtió en chicharrones y espigas, que regala afuera del templo a quienes llegan a esta celebración.
“Es el primer año que me visto y es porque le doy gracias por darme salud. La verdad no sé cuánto gasté, pero es por fe y devoción”, indicó.
Jornada en números
Este 28 de octubre el templo de San Hipólito, ubicado en la esquina que conforman la calle Puente de Alvarado y el Paseo de la Reforma, en la colonia Guerrero de la delegación Cuauhtémoc, se espera más de 90 mil feligreses provenientes de todos los puntos de la ciudad, así como de otras partes de la República Mexicana.
De las cinco de la mañana a las ocho de la noche seis sacerdotes oficiarán 16 misas que duran poco más de 30 minutos.
Además, los devotos pueden comprar objetos de culto entre los que destacan veladoras, escapularios, imágenes de papel, bolsas, entre otros; con costos que van de 10 hasta más de 100 pesos para que se los bendigan en el templo.
Finalmente se espera que esta expresión religiosa, que cada año sucede en el primer cuadro del Centro Histórico, termine sin ningún incidente.
Durante cada misa, los prelados hacen hincapié en guardar respeto.
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