México, D.F. / Abril 19.-
Diversos ex conventos que hoy fungen como museos bajo la tutela del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) exhibirán en sus instalaciones los Altares de Dolores, los cuales hacen referencia a una tradición cristiana adoptada hace más de 400 años en México, misma que llegó a través de la orden franciscana.
El Museo Nacional de las Intervenciones, ubicado en el Ex Convento de Churubusco, en la ciudad de México; el Ex Convento de Acolman, Estado de México, y el Ex Convento de San Nicolás de Tolentino de Actopan, ubicado en la zona centro de Pachuca, Hidalgo, presentarán su respectivo Altar de Dolores.
El primer altar del continente americano fue colocado en 1519 en San Juan de Ulúa, Veracruz, por el fraile Bartolomé de Olmedo, quien acompañaba al conquistador Hernán Cortés.
Desde entonces, en México se colocan dichos altares, siempre ocho días antes del Viernes Santo, “con la idea de consolar a la Virgen María por los dolores que padeció, desde el nacimiento hasta la muerte de su hijo”, explicó el INAH en un comunicado.
Ahí, se representan los siguientes sufrimientos: La persecución de Herodes y la huida a Egipto; La profecía de Simeón a María; Jesús perdido en el templo por tres días; María encuentra a Jesús cargado con la Cruz; La Crucifixión y Muerte de Jesús; María recibe a Jesús bajado de la Cruz y La sepultura de Jesús.
Los franciscanos introdujeron dicha tradición con el fin de fomentar la devoción a la Virgen María como parte de la evangelización de los indígenas.
Los pueblos nativos relacionaron la Pasión de Cristo y el sufrimiento de la Virgen María, con los ritos prehispánicos de fertilidad de la tierra, debido a que el periodo de siembra coincide con las actividades de Semana Santa, por ello, integraron elementos agrícolas —como semillas de trigo, alpiste, cebada o amaranto— a los Altares de Dolores, explicó el INAH.
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