México, D.F.-
Son espectadores de lujo en el primer duelo del Tricolor dentro de la Copa de Naciones Sub-15, mas su presencia no es simple casualidad. Un fuerte lazo les une a dos de los chicos dirigidos por Marco Antonio Ruiz.
Jesús Arellano y Sergio Bueno acuden al duelo entre las Selecciones de México y Canadá, ganado por los verdes (3-0), para observar a sus respectivos hijos, considerados en el proyecto encabezado por “El Chima”.
Ambos inician en la banca, pero reciben minutos durante el segundo tiempo de 35 minutos. Ian de Jesús Arellano muestra velocidad y fiereza en la disputa de los balones; Sergio Bueno Jr. hace gala de su técnica para dar precisos pases.
La emoción es inevitable, al igual que la pregunta sobre cuánto ayuda tener a un padre con importante historia en el futbol mexicano.
“Sí le ayuda, porque lógicamente que uno le da sus consejos y trata de apoyarlo en lo que más se pueda”, comparte “El Cabrito”. “[Aunque] siempre van a compararlo con uno y eso es malo. Él está tratando de hacer sus cosas, su carrera”.
Disyuntiva que también enfrenta el vástago del director técnico, quien se esmera en que su vocación no le traicione en el momento de dar consejos.
“Tiene sus pros, pero también contras. Uno cumple el rol de orientador, porque ya está en el medio desde hace prácticamente 30 años”, recuerda Bueno. “Esto provoca que uno oriente de la mejor manera a su hijo, pero él tendrá que superar algunas situaciones que siempre se presentan con los hijos de ex jugadores y entrenadores. Por ahí, se siente más vigilado que los demás…”.
Barrera que quieren superar.
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