México, D.F.-
Originaria de África y de la India, la sandía posee un intenso color rojo que hace agua la boca. Es dulce, jugosa y muy refrescante, sobre todo en los días de calor. Se encuentra en todo su esplendor entre los meses de febrero a septiembre y es una de las frutas más apreciadas en México.
El libro “Dieta Sana en Cuerpo Sano”, menciona que aproximadamente el 93 de por ciento, de esta fruta es agua, por lo que es ideal para elaborar aguas frescas y nieves.
“La cáscara de la sandía es lisa y brillante, de un color verde oscuro intenso; la pulpa es roja, jugosa y llena de semillas negras”, se explica en el texto.
Los expertos recomiendan elegirla de acuerdo a su aspecto, es decir, con cáscara lisa y brillante, que sea pesada para su tamaño y de consistencia dura y maciza, no debe presentar golpes o manchas de decoloración.
“Una sandía que no se ha partido se conserva hasta 10 o15 días a temperatura ambiente; una vez abierta debe guardarse de dos a tres días en el refrigerador, cubierta con plástico para que no se deshidrate”, recomienda el libro.
“Los Cuadernos de Nutrición” de la Unidad de Orientación Alimentaria, PROFECO, explican que el color de la sandía corresponde a la variedad que se adquiera, pero una manera de identificar la fruta madura es el observar el extremo de su tallo (ombligo), mientras más extendido se encuentra, mayor su grado de madurez.
“Si al golpearla con los nudillos de los dedos se escucha hueca, su pulpa será menos jugosa que cuando se aprecia un sonido sordo (como madera)”, se recomienda en “Los Cuadernos de Nutrición”.
Su color, sabor y frescura es una buena manera de disfrutar la temporada de verano. En los mercados y supermercados la puedes encontrar a buen precio y fácilmente.
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