México, D.F. / Febrero 24.-
El gol es un regalo del cielo. Javier “Chuletita”Orozco volteó a las estrellas, simplemente gritó:” Gracias” y cayó al césped a disfrutar el abrazo de sus compañeros que festejaban con él.
El gol regresó para Javier después de casi seis meses sin gritarlo; seis meses en los que fue a la Selección, a la cual no ha vuelto; seis meses en los que perdió la titularidad en el Cruz Azul; seis meses que han parecido años para el “Chuletita”, quien ahora quiere “volver a empezar, ya que la sequía, al fin terminó, aunque falta que vuelva a marcar en el torneo regular.
“¡Uuuf!”, exclama y sonríe, no oculta que “la presión que traía encima era grande… Pero ya cayó de nueva cuenta. Es como volver a empezar”.
Sabe diferente, sabe a una gloria, a una gloria muy especial. “Hace tiempo que lo buscaba. Luego de meses sin marcar, pues qué mejor que anotar y que este gol sirva para que el equipo ganara, además era el primero del juego, fue importante“.
Al pasar del tiempo y acrecentarse la sequía, todo se dificultó. “Estaba en la banca, a las órdenes del profe [Enrique Meza], pero siempre es mejor iniciar el partido. Ahora se dio de esta forma, fui titular y el gol cayó, qué mejor”.
Con el tanto marcado a Santos Laguna la noche del martes, Orozco llegó a 11 goles en la Liga de Campeones de la Concacaf 2010-2011, además de que es su tanto número 24 en los tres años de vida que tiene el torneo que reúne a los mejores clubes de la zona del Norte, Centro y el Caribe de futbol.
“No cabe duda de que este es mi torneo. No sé por qué, pero las cosas se me dan cuando juego la Concachampions. Me agrada, además de esta forma me acerco al título de goleo, no es que me obsesione, pero entre tantas malas cosas, hay que valorar lo bueno que te llega, y claro, ir por más”, aseveró.
De esta forma, Orozco dijo tener una “nuevo comienzo” en su joven carrera de apenas 5 años.
“El gol me da confianza, lo anhelaba mucho. Es como volver a empezar, que todo venga de cero otra vez”, comenta con alegría.
Acepta sus fallas, acepta que mentalmente estaba bloqueado.
“No me salían las cosas, me bloqueé. Por tratar de hacer todo tan bien, simplemente todo salía mal. Pero no me caí, me quedo al final de los entrenamientos para perfeccionarme, esto es por mí, por mi familia y por Cruz Azul y su gente que tan bien me ha tratado a pesar de los malos ratos”, dijo.
Ahora viene la calma, y Javier piensa en el próximo rival: Querétaro.
La mala cancha que hay en la Corregidora, es un tema a tratar. Varios equipos se han quejado: “Es pesada, pero al final de cuentas no creo que sea factor. Si tenemos la pelota y los hacemos correr, el césped será lo menos preocupante. Hay que dejar atrás las inconsistencias de las pasadas jornadas”, finalizó el delantero de apenas 23 años de edad, nacido en los Mochis, Sinaloa.