México, D.F.-
Normalmente se entiende por compasión el sentimiento de ternura y pena que alguien tiene ante el sufrimiento o dolor de otro. En esta ocasión, este valor tendrá sentido más amplio para interpretarlo como la capacidad de poder sentir lo que los otros sienten.
La compasión es “reír con los que ríen y llorar con los que lloran”, enlazando el valor de la compasión con la idea de compartir.
En este sentido, compadecernos cuando los estados emocionales de los demás resuenan de tal forma en nuestro interior que, de alguna manera, también nosotros los experimentamos.
La identificación total es imposible; nuestra individualidad hace difícil que asumamos como propios los sentimientos de los demás, pero es necesario que los niños aprendan a sentir, en la medida de lo posible, los estados de ánimo ajenos como propios.
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