Una celebración sin remordimientos

México, D.F.-
Son los contrastes de la vida, del futbol. Por un lado, Ángel Reyna saca todas sus frustraciones y luego de tener un regreso exitoso al Estadio Azteca, que fue su casa, celebra el gol del gane de su equipo, el Monterrey, tal como lo hacía Cuauhtémoc Blanco, el último gran ídolo crema. La diferencia es que esta vez ya no se engancha. Ya no habla de “capitanes de agua” ni “defensas de plástico”, tampoco hace alarde de su festejo.
“Soy un tipo bastante alegre, eso me caracteriza, y estoy muy satisfecho por el presente que estoy viviendo y por el futuro que viene”, expresa al tiempo que después justifica haber celebrado contra su ex club. “Lo hice porque me debo a mi equipo, y a los colores donde estoy ahorita participando, y porque también se festeja el esfuerzo de mis compañeros”.
Del otro lado, el técnico americanista, Miguel Herrera, explota frente a las cámaras. Basta la mínima provocación para que sea enganche, tal como le sucedió a Ángel Reyna en el pasado. Lo tildan de defensivo y eso hace que “El Piojo” eleve el tono de voz: “¿Y entonces a quién metes? Me parece que no escuchaste. ¿Tú metes un delantero para cubrir un defensa? No me conformé con el empate, si sale un defensa lesionado, tiene que entrar otro defensa, así lo dice el librito. ¿Me voy a ir a atacar alegremente cuando atrás no estoy sólido? Eso sería ser un pendejo, perdón que te lo diga, pero esa es la realidad”.
Luego, “El Piojo” Herrera lamenta los errores cometidos y precisa que los ajustes ejecutados obedecen más bien a dolencias de sus futbolistas, como el caso de Paul Aguilar y el de Jesús Molina, a quienes, sin embargo, espera recuperar de cara el Clásico. Además, aclara la salida del Rolfi Montenegro: “Como yo ya había arriesgado, teníamos agarrado el medio campo, pero vinieron descuidos de concentración”, explica.
Al término del encuentro, Aldo de Nigris dedica la victoria (primera en cerca de 12 años en el Azteca) a su fallecido hermano Tano de Nigris, quien este domingo hubiera cumplido años: “Este fue un regalo para él de parte mía y de mis compañeros”.