México, D.F. / Junio 7.-
Entrar al hotel de la Selección Nacional, el Thaba Ya Batswana, resulta imposible si no se tiene el aval de la Federación Mexicana de Futbol o de la FIFA.
El lugar, que es de difícil acceso, ha sido cercado para mantener la seguridad y tranquilidad del conjunto tricolor, una de las principales preocupaciones del director de Selecciones Nacionales, Néstor de la Torre, quien fue el encargado de elegir la sede de la concentración.
Ubicado al sur de Johannesburgo, el hotel del conjunto tricolor se encuentra lejos de cualquier distracción, pero muy cerca del Waterstone College, su campo de entrenamiento, además de a una distancia considerable del Soccer City, en donde jugará en la inauguración del Mundial ante Sudáfrica, el cada vez más próximo 11 de junio.
“Se planeó y se planteó todo (el hotel de concentración y campo de entrenamiento) para tener lo mejor posible, para estar lo mejor posible, física, mental y futbolísticamente, para que este 11 de junio el equipo esté al cien por ciento”, dijo De la Torre a la llegada del equipo a Johannesburgo, en donde construyeron una fortaleza especial para vivir durante el torneo. Incluso, en la página de internet del hotel, la gerencia avisa que estará cerrado al público general por albergar al cuadro tricolor.
Para acceder hasta donde se encuentra el equipo mexicano es necesario pasar hasta por tres distintos filtros de seguridad en los que se toma nota de cada detalle del visitante. Además de las personas que la FMF contrató desde la pretemporada en Avándaro para mantener la seguridad del equipo, los organizadores han puesto a disposición de ellos un gran dispositivo de seguridad que incluye más de cinco vehículos y cerca de medio centenar de efectivos policiales atentos al más mínimo movimiento que provoque alguna sospecha.
El primero está limitado con una pluma en la entrada principal al hotel, ubicado en la reserva natural Klipriviersberg. Ahí, el personal de seguridad checa que la gente que busca entrar esté debidamente acreditada y le otorgan un distintivo según la tarea que vaya a realizar durante su estancia en el lugar.
Los guardias no pierden tiempo en discutir con los visitantes, por lo que aquella persona que no tenga algo que hacer en el lugar es invitada rápidamente a retirarse, y no hay tiempo de buscar argumentos para intentar el paso al hotel.
Después de recorrer un camino de terracería se llega al segundo punto de revisión. Si todo está en orden, dan el acceso hacia donde se encuentra el lobby y las oficinas de los administrativos. Para evitar un posible desvío del visitante, las zonas por las que se debe caminar están señaladas por listones de plástico y si eso no es suficiente, los policías asignados se mantienen al pendiente de todo, ubicados de uno o en pareja con pocos metros de separación.
En el Waterstone, campo de entrenamiento del Tri, las cosas no son muy diferentes. El personal de la FIFA (Federación Internacional de Futbol Asociación) controla el acceso a las prácticas del equipo, que es vigilado de cerca por los policías, siempre con la mirada a los alrededores de la cancha para evitar ser sorprendidos.
Quince minutos después de iniciado el entrenamiento todos los que no pertenezcan al grupo de Aguirre tienen que abandonar el lugar y no hay espacio para prórroga. El operativo es rápido y por demás efectivo.
Nada ni nadie se mueve en la concentración de la Selección Nacional sin que los encargados de seguridad y la FMF lo sepan, esas han sido las instrucciones, y los empleados y encargados de seguridad las siguen de manera estricta, sin dejar pie a una posible distracción para el equipo mexicano, ya que a pesar de todo, esta lejanía de la zona metropolitana goza de grandes comodidades.
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