“El entrenador soy yo”, sostiene Javier Aguirre

México, D.F. / Junio 17.-
Javier Aguirre no es el primero ni el único que convoca a jugadores que la gente considera no deberían estar y deja fuera a otros que son favoritos de la mayoría.
Poca flexibilidad en aceptar cambios en las convocatorias ha sido la principal característica de los últimos técnicos de la selección mexicana. La mayoría de las veces se “casan” con sus ideas y no aceptan opinión de ningún tipo que pueda interferir en su “esquema futbolístico”.
La frase “aquí mando yo” engloba el sentir de los estrategas. A Javier Aguirre le pasó recientemente cuando decidió dar de baja a Jonathan dos Santos y dejar a Adolfo Bautista, quien difícilmente podrá ver actividad en la presente justa mundialista. Sin olvidar que tampoco le dio oportunidad a Antonio Naelson “Sinha”.
Al “Vasco” ya le había sucedido en el pasado: en Corea-Japón 2002 llamó al naturalizado Gabriel Caballero y dejó fuera a José Antonio Noriega, quien había tenido un buen funcionamiento en Copa Libertadores. También le impidió integrarse al Tri a Claudio Suárez, pese a que el defensa se recuperó rápidamente de una grave lesión.
Y no sólo le sucede a Javier. Cuauhtémoc Blanco fue marginado de la Copa del Mundo de Alemania 2006 por diferencias con Ricardo Antonio La Volpe. El argentino, en lugar de “Temo”, llamó a su yerno Rafael “Chiquis” García.
También Manuel Lapuente, para Francia 1998, le impidió asistir al goleador Carlos Hermosillo y al ahora comentarista Luis García.
Una de las convocatorias más controvertidas fue la de Miguel Mejía Barón. El estratega, para Estados Unidos 1994, llamó a José Antonio “El Cadáver” Valdez, incluso, jugó de titular en el encuentro ante Noruega y abandonó la cancha a los 45 minutos de acción.
Mientras que la ausencia más notoria fue la de Alfredo Tena en México 1986. Se especuló que no fue convocado porque utilizaba otra marca de tachones diferentes a la “oficial”.
Pocos son los técnicos que aceptan sugerencias o escuchan el clamor de la gente. Generalmente se cierran en sus ideas porque en la selección mexicana “mandan ellos”.