México, D.F. / Junio 27.-
Los ecos de aquella triste derrota en Alemania 2006 retumban nuevamente en el ánimo de todos los mexicanos, que no olvidamos cómo Argentina eliminó al Tri en tiempo extra de esta misma instancia gracias a los goles de Hernán Crespo al minuto 10, pero sobre todo de ese portentoso disparo de zurda de Maxi al 98 que venció a Oswaldo Sánchez y acabó con las esperanzas e ilusiones de todo un pueblo.
Desde que México perdió con Uruguay, muchos se desconsolaron al saber que el siguiente rival iba a ser la albiceleste de Diego Armando Maradona y no era para menos, pues la escuadra tricolor dejó de hacer lo necesario para calificar y si actualmente está entre los mejores 16 no es del todo por méritos propios, sino porque Sudáfrica no pudo golear a Francia.
Como sea, la fe en el Tri se ha resquebrajado, se ha pasado de un alarido pasional a un lamento de dolor que nos exhibe como casi seguros derrotados, pero no todo está perdido. Aquella derrota fue hace cuatro años y ahora los tiempos son distintos, con nuevas metas, distintos jugadores y mayores ambiciones.
Si bien es cierto que jugador por jugador Argentina es superior, Javier Aguirre deberá apelar al juego de conjunto y hacer, ahora sí, los cambios exactos y a tiempo que se requieran, aunque, claro está, iniciando con un cuadro potente que le pelee de tú a tú cada pelota a los pibes y no con un lento Cuauhtémoc Blanco y un inservible Guille Franco.
Así, “El Vasco” deberá jugársela con la velocidad de jóvenes como Giovani (como extrañamos ahora también a Jona), Efraín Juárez (que regresa luego de suspensión), Javier Hernández, Pablo Barrera, Héctor Moreno e incluso el restablecido Carlos Vela y Andrés Guardado, que quién sabe por qué, pero ha sido relegado por Aguirre en favor del inoperante Franco.
En la portería debería permanecer “El Conejo”, mientras en la media Rafa y Torrado permanecerán como los comandantes de la recuperación y ataque tricolor, lo que será básico pues el equipo que domine la media cancha será amo y señor del encuentro.
Ahora sí no hay espacio para descuidos, para la carencia de inteligencia ni mucho menos para la falta de mentalidad y entrega, pues si México se va abajo muy difícilmente podría regresar, ya que cuando está bajo presión “El Vasco” es cuando comete sus más graves errores.
De que se puede, se puede, nomás es cosa de echarle talento y ganitas… ¡De salir con mentalidad ganadora, caramba!, pues hasta eso a nivel físico los mexicanos se han mostrado en extraordinarias condiciones y a ello deberían de apelar para disputarle todas las pelotas a Messi, Higuaín y Tévez, para luego de cerrarles los espacios y recuperar, lanzarse con todo al abordaje hacia la zaga y portería albicelestes, que son la gran debilidad del D10S.
No hay que olvidar que Argentina calificó de “panzazo” a Sudáfrica 2010 y que incluso en los amistosos posteriores tampoco mostró gran forma, aunque en la fase de grupos obtuvo su pase de manera inapelable, invicta y como líder del Grupo B, pero ante rivales de medio pelo y sin su principal estrella, “La Pulga”, pudiendo capitalizar.
Históricamente, Argentina tiene una hegemonía sobre México de 11 triunfos (dos en Mundiales: 2-1 en Alemania 2006 y 6-3 en Uruguay ’30), igual número de empates y sólo cuatro derrotas (0-1 en la Copa América de Perú ’04, 0-2 en amistosos en 1990 y 1973 y 1-2 en partido de preparación en 1967).
Ahora sí, pibes, a ver de cuál cuero salen más correas, pues como dice el propio Javier Aguirre: “Es hora de decidir si queremos ser el país que se siente predestinado al fracaso o el que se sabe capaz de construir el destino anhelado”. “Es hora de darle vuelta a nuestra historia: Pasar del México del sí se puede, al México del ya se pudo”… A ver si es cierto.
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