Johannesburgo, Sud. / Junio 21.-
Con una sobrepoblación de defensas centrales, Javier Aguirre se las ingenió para darle juego a Rafael Márquez. Lo colocó como mediocampista, una función que el zamorano ha jugado con el Barcelona y con el Tricolor, y que ahora le ha dado una nueva proyección a su juego como el motor y cerebro de un equipo lleno de talento joven.
“Los jóvenes me contagian con la energía que tienen”, aceptó un Márquez dedicado en las últimas semanas a disfrutar sus últimos días con el representativo mexicano y ha destacar el futbol de elementos como Giovani dos Santos, Carlos Vela o Efraín Juárez.
“La verdad es que estoy contento por ellos que están haciendo un gran trabajo, tienen la calidad y confiamos en ellos para que suban el nivel de México. A pesar de que son muy jóvenes y uno casi está de salida, es importante que el grupo siga trabajando así, no nada más soy yo, sino es un conjunto que se ha propuesto a obtener resultados importantes“.
El secreto para que el michoacano se sienta tan cómodo en el campo, es la confianza que le tiene a los cuatro defensores que le cubren la espalda, “eso me deja más opciones para dar pases hacia adelante. Ahora disfruto más, porque tengo actividad, el esfuerzo es mayor, pero es donde hay que jugar y tengo que hacer diferencia”.
El Mundial de Sudáfrica le ha servido, además de darle mayor valor a su carta, para cortar con la imagen del jugador que perdía la cabeza cuando el equipo más lo necesitaba, como sucedió en el Mundial de Corea-Japón de 2002, cuando lo expulsaron por un codazo a Coby Jones o en el hexagonal eliminatorio, en el que vio la roja durante el primer juego en Columbus, ante Estados Unidos.
“Rafa es un líder y lo ha demostrado. También ha callado las bocas que algunas veces lo han criticado”, comentó el defensor Ricardo Osorio.
“Ya no es sorpresa [que México le gane a selecciones como Italia o Francia], hay que ser realistas y este equipo debe seguir así”, agregó Márquez bien metido en el papel de capitán de un equipo que se ha sacado toda la presión que le venía encima, tras el triunfo sobre los galos.
Los días previos al duelo ante Uruguay, el último de la fase de grupo y decisivo en el acomodo para los octavos de final del torneo, han sido de relativa calma para el cuadro mexicano, que a decir del michoacano, no ha perdido la “humildad” con la que llegaron a tierras sudafricanas, no importa que hayan tumbado al actual subcampeón del mundo.
“Veo que hay poderío en el equipo, hay gente y no nos queda más que hacerlo bien. Si este grupo le pone corazón o empeño saldrán los resultados. Queda un partido difícil y tenemos que tratar de asegurar los octavos de final ganándolo, además dejaría al Tri como primer lugar del Grupo A. Tenemos que seguir con la concentración, con el buen funcionamiento y ojalá podamos conseguir la victoria para asegurar ese primer puesto tan importante, además de seguir adelante en el torneo”.
Revitalizado por la energía de los jóvenes tricolores y por la posición en el 11 que le ha encontrado Aguirre, Rafa ha reforzado la mentalidad que lo ha llevado a ser el máximo ganador entre los futbolistas mexicanos en Europa: “Buscamos ir lo más lejos posible, tenemos equipo, pero también debemos disfrutar lo que estamos viviendo”. Él lo hace, como si todavía estuviera en los 20 de Vela o Gio.
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