Amecameca, Estado de México.-
La Universidad Autónoma Chapingo (UACh) advirtió que las cenizas del Popocatépetl afectarán los ecosistemas de las zonas más cercanas del Estado de México, Puebla, Tlaxcala y Morelos por sus componentes tóxicos.
María Edna Álvarez Sánchez, investigadora del Departamento de Suelos de la institución agrícola más importante de América Latina, indicó que la magnitud del daño dependerá de la cantidad y constancia de las emisiones que arroje el volcán.
La especialista en suelos descartó que el polvo emitido por el cráter tenga nutrientes o minerales que puedan aprovecharse como abono, pues se trata de vidrio volcánico, partículas de roca molida con un tamaño de dos milímetros o menor, duras, abrasivas y de baja solubilidad.
Álvarez Sánchez, quien también pertenece al Sistema Nacional de Investigadores del Conacyt, expuso que 50% de las partículas que expulsa el Coloso de Anáhuac están constituidas por óxidos de silicio en forma de silicatos, conocidos como material vítreo o vidrio volcánico.
Tiene una dureza en la escala de Mohs (cero, el mineral más suave que es el talco, a 10, donde el más duro es el diamante) entre cinco y siete, según el tamaño y la composición.
La investigadora de la UACh manifestó que las cenizas “tienen muy baja solubilidad en agua, es decir, no son nutrientes disponibles para las plantas. Para ello tendrían que intemperizarse y así liberar los nutrientes”, expresó.
Impacto negativo
Álvarez consideró que ese polvo no puede aprovecharse pues no tiene ningún uso.
“Las cenizas finalmente son contaminantes, porque tienen otros elementos como arsénico, azufre, mercurio; incluso algunos pueden ser cancerígenos”, alertó.
Esas emisiones volcánicas, estimó, tendrán un impacto negativo en los ecosistemas porque cubren vegetación de bosques y pastizales, y los animales, en particular los que pastorean, se quedarán sin alimento, porque no pueden digerir ese polvo.
De igual manera, afirmó, el ciclo de los insectos será afectado si continúa la expulsión de material volcánico.
Álvarez Sánchez no descartó que ya se haya registrado lluvia ácida en zonas cercanas al cráter, relacionadas con los gases de dióxido de azufre que, combinado con agua genera ácido sulfúrico, gotitas que caen como lluvia ácida.
Contaminación que propicia que el PH (acidez y alcalinidad) muy elevados en los suelos y da lugar a una desmineralización de nutrientes como calcio, magnesio y potasio, principalmente.
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