Querétaro, Qro. / Marzo 16.-
Los efectos de euforia, júbilo y bienestar que experimentan las personas que consumen bebidas energizantes, es en realidad un estímulo al sistema nervioso central que brinda vitalidad traducida en ausencia de sueño.
Este efecto, que es muy diferente a la energía normal, puede producir daños irreversibles en riñón, corazón y sistema circulatorio, así como taquicardia, ansiedad, desesperación y sed, y pueden provocar afecciones aún mayores.
De acuerdo con un comunicado de prensa del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), por conducto de la jefa de Nutrición y Dietética del Hospital General de Zona (HGZ) No. 26, Guadalupe Elsa Pizano Romo, se advierte que debido a sus componentes (taurina y cafeína, principalmente), estos líquidos generan tales efectos.
Pizano Romo mencionó que hasta 60% de los jóvenes de entre 16 y 30 años, son quienes más ingieren estos productos que, combinados con alcohol, incrementan dichos efectos y ocasionan malestares en las personas, por lo que acuden al médico para recibir tratamiento.
Estas bebidas también inhiben el apetito, por lo que tienen una estrecha relación con trastornos alimenticios como la anorexia.
Se calcula que 20 de cada 100 casos se asocian con su consumo, y aunque parezca contradictorio, precisó, también inciden, hasta 40%, en el riesgo de padecer obesidad, dados sus altos porcentajes de calorías aunados a la mala alimentación y el sedentarismo de los consumidores.
Por su parte, el doctor Ulises Silva Cervantes, endocrinólogo del HGZ No. 24 del IMSS, explicó que regularmente la gente bebe energizantes cuando asiste a bares, fiestas o discotecas, con la finalidad de evitar el sueño.
Sin embargo, las combinan con sustancias etílicas que provocan deshidratación, y al pasar el efecto, la persona presenta dolores de cabeza, hipertensión, dilatación de pupilas, vómito, hiperactividad y nerviosismo.
Ante la presencia de dichos síntomas y aún cuando se hayan o no combinado los energizantes con alcohol, se debe acudir al médico, puesto que la sangre se espesa y se forman coágulos que pueden derivar en infartos (renales o al miocardio), sin importar la edad, y en especial taquicardia, dijo Silva Hernández.
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