La Piedad, Mich./Agencia Xinhua.-
La revitalización de las 50 hectáreas de campos de mi familia “es gracias a la tecnología china de maquinaria agrícola”, aseguró Viky Montes, una piloto de drones agrícolas de 19 años, mientras pilota uno de estos dispositivos de la empresa china DJI para rociar herbicidas sobre una plantación de agave cerca del municipio de La Piedad, en el occidental estado mexicano de Michoacán.
A pesar de llevar solo un año manejando drones agrícolas, Montes ha encontrado en esta tecnología una herramienta avanzada que le permite ganar en eficiencia en la fumigación de sus plantaciones y que fomenta una mayor vinculación de las mujeres como ella a las tareas del campo.
Antes de tener el dron, recuerda Montes, pasaba mucho tiempo en su casa como ama de casa. En contraste, ahora, gracias al dispositivo y el dominio que ya tiene sobre su manejo, le entusiasma poder salir cada día a trabajar en sus terrenos y en algunos otros cuyos dueños requieran de sus servicios.
Eduardo Bribiesca, ingeniero agrónomo de 27 años, también pilota un dron agrícola para fumigar distintos cultivos y optimizar su crecimiento. Junto a sus paisanos, espera una buena cosecha con dividendos económicos por el uso de la tecnología, debido a la mayor eficacia que esta propicia, incluso en tierras de prácticas agrícolas arraigadas como el Bajío mexicano.
El Bajío es una región geográfica, histórica, económica y cultural del occidente de México que comprende valles y llanuras de los estados de Guanajuato, Querétaro, Michoacán y Jalisco.
Con un clima templado, configura un tapiz multicolor de campos de cultivos que varían con las estaciones y van desde el verde vibrante del maíz hasta el dorado de los girasoles o el rojo profundo de los huertos de fresas, entrelazados con la presencia constante de industrias, fábricas y talleres que conviven con las tradicionales haciendas y ranchos.