México, D.F. / Abril 18.-
Los niños que tienen problemas de adaptación, cambio de domicilio y de escuela o enfrentan disfunción familiar, divorcio de los padres, maltrato y humillación pueden padecer enuresis, emisión involuntaria de la orina, generalmente durante la noche.
El jefe del Servicio de Salud Mental del Instituto Nacional de Pediatría, Sergio Muñoz Fernández, afirmó que la enuresis es una condición grave que el pequeño no puede controlar, sobre todo si es hereditaria, a pesar de que lo levanten a media noche para ir al baño o no tome agua antes de dormir.
Ante esa situación, el especialista dijo que los padres de familia deben evitar enojarse, regañar o castigar al menor porque en lugar de ayudarlo, disminuyen su autoestima e incluso puede caer en depresión leve.
En un comunicado, señaló que 95 por ciento de los casos de enuresis se cura con medicamentos durante cuatro a seis meses y, en caso necesario, acompañada de atención psicológica y psiquiátrica.
Dio a conocer que entre cinco y siete por ciento de la población infantil padece enuresis nocturna y ésta es primaria o secundaria. La primera es hereditaria, por malformaciones congénitas o de la uretra que ocasiona regreso de la orina y micción repentina, también por infecciones urinarias o retraso mental.
Se puede tener un control durante una semana o un mes pero reincide. Para un buen tratamiento, explicó el especialista, se deben buscar los antecedentes, su asociación con diabetes, retraso, malformación o la profundidad del sueño.
En el caso de la enuresis secundaria, el paciente controla la micción hasta por un año, pero también reaparece ante alguna alteración psiquiátrica social con manifestaciones serias de ansiedad.
Se presenta en la noche o el día, cuando el menor es sometido al factor que lo estresa como maltrato, humillación de los padres, maestros o compañeros de clase, con suficiente impacto para causar ansiedad y, como consecuencia, enuresis.
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