Coatepec, Ver.-
A mil 200 metros sobre el nivel del mar y en medio de verdes cerros, don Artemio Zapata divisa su pequeña parcela donde cultiva café de alta calidad.
Con tranquilidad toma entre sus manos las matas del aromático y revisa detenidamente el grano para cerciorarse que está listo para su corte. Es muy meticuloso en el proceso de cultivo y eso le ha rendido frutos: su café ha obtenido el primer lugar del Premio Internacional Taza de Excelencia y diversas posiciones del Premio Cafecol.
“Me gusta hacerlo y finalmente darle valor a lo que producimos para que la gente reconozca que los mexicanos sí sabemos hacer las cosas, que la gente del extranjero no se vaya con la finta que los mexicanos no sabemos hacer nada”, ataja el productor del aromático, actividad que inició desde 1982.
Su pequeña finca se ubica en una comunidad de este municipio cafetalero por excelencia, y desde aquí ha logrado colocar su producto hasta el lejano oriente, en Japón, donde descubrieron la calidad del aromático que cosecha; sin embargo, carece de la denominación de origen.
“La denominación de origen no, porque las políticas del café las maneja la burocracia. (…) Se dice que la denominación tiene mucho requisitos que hay que pasarlos y la verdad no sé si mi finca alcanzará esos requisitos para tenerla”, confiesa el hombre.
Lo cierto es que aunque quisiera certificar su producto, tampoco podría hacerlo. La denominación de origen que se otorgó al Café Veracruz en 2002 está en riesgo de perderse, porque desde hace tres años el gobierno del estado dejó de canalizar recursos financieros al Consejo Regulador del Café AC.
Sin dinero, dicho consejo integrado por representantes de la cadena productiva del sector cafetalero veracruzano se ha visto imposibilitado de certificar las fincas bajo el sello de denominación de origen, que incluye especificaciones físicas como la forma, tamaño, color y humedad del grano, así como aspectos sensoriales que van desde el aroma, la acidez libre de defectos y una taza sana.
“Tenemos suspendida la denominación de origen desde hace tres años por falta de recursos. Ya recibimos el área con la suspensión”, lamenta el presidente del Consejo Regulador del Café AC, Jorge Pérez Sanfilipo.
El subsidio del gobierno estatal era de 4.5 millones de pesos anuales que servían para la operación de una unidad de verificación, laboratorio de pruebas, así como áreas administrativas, gestión de calidad, eventos y servicios al cliente.
“Para poder certificar, necesitamos que la entidad mexicana de acreditación nos realice una auditoría técnica y revisen nuestros protocolos para que podamos seguir haciendo nuestro trabajo, pero una auditoría nos cuesta 180 mil pesos”, relata.
Café de exportación
Veracruz produce 300 mil toneladas de café, que equivalen a un millón 200 mil quintales (cada quintal pesa 57.5 kilogramos) de café de exportación, de los cuales -según los especialistas- 800 mil quintales son susceptibles de obtener la certificación de origen en beneficio de 70 mil cafetaleros.
Son susceptibles de obtener la denominación de origen porque su sistema de cultivo es bajo sombra, sus granos son de alguna de las variedades de Coffea Arábica, las plantaciones se sitúan por arriba de los 750 metros sobre el nivel del mar en un clima templado y húmedo todo el año.
Pero también el Café Veracruz tiene una combinación perfecta de altitud y latitud, una ubicación privilegiada de las áreas de cultivo que favorecen cualidades organolépticas únicas; y suelos volcánicos ricos en nutrientes.
Veracruz ocupa el segundo lugar de producción de café, sólo por debajo de Chiapas. En 153 mil hectáreas de 82 municipios se cultiva el aromático, el cual es exportado a EU y Europa.
Sanfilipo detalló que al certificar la calidad del productor, éste podría encontrar nichos de mercado para que su café sea pagado con precios justos, es decir que no se venda por debajo de los precios de la bolsa.
Hay ejemplos, expuso, que de dos dólares que tenía el precio de una libra (454 gramos) de café, alcanzaron hasta 40 dólares gracias a la certificación y calidad del aromático.
“El consejo es el garante y depositario de la denominación de origen que es propiedad de estado de Veracruz en beneficio y patrimonio del sector cafetalero”, manifestó, pero el esfuerzo está por perderse.
El secretario de Desarrollo Agropecuario, Rural y Pesca (Sedarpa) del gobierno de Veracruz, Manuel Martínez de Leo, comunicó que el Consejo Regulador debe ser autofinanciable y las organizaciones cafetaleras involucrarse y aportar recursos a dicha entidad para obtener beneficios de la certificación de origen.
De tal forma que ratificó la decisión de la administración de la entidad de dejar de aportar subsidios al Consejo Regulador del Café.
Ajeno a la burocracia
Con varios premios en su haber, entre ellos la Taza de Excelencia 2012, Artemio Zapata poco se interesa por los problemas de la burocracia del café. Siempre está enfocado a mejorar, día a día, la calidad de su producto.
“La decisión que tomé para hacer un mejor café es porque finalmente nosotros como campesinos en esto nos criamos, no sabemos hacer otra cosa, no tuve preparación académica y esto lo conocía de fondo”.
Por eso, relata, en lo personal se enfoca a darle a sus plantas el adecuado trabajo que se requiere para ofrecer un café de altísima calidad, que va desde capacitar a sus recolectores para que corten sólo el grano maduro hasta vigilar la temperatura con que es secado y tener una vigilancia adecuada para que no se eche a perder en el proceso de fermentado.
“Nos estaba costando acomodarlo aunque, aun a nosotros, por la voz de otras personas, nos decían que el café estaba bueno y tenía calidad y una vez que nos empezaron a reconocer a nivel nacional sí hemos tenido repunte”, comenta.
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