Cd. de México.-
El ex presidente Felipe Calderón Hinojosa exhortó a los gobiernos a invertir en energías renovables, infraestructura sustentable y en la productividad de los recursos naturales para revertir los efectos de calentamiento global.
Durante su participación en el 12 Congreso Internacional de Ciudades y Transporte, Calderón Hinojosa destacó que de aquí a 2030 se van a tener que invertir 90 trillones de dólares en infraestructura para las ciudades, pero si se invirtiera en infraestructura sustentable, el gasto sería de 94 trillones de dólares.
Por lo que la diferencia entre invertir en infraestructura sustentable en lugar de la tradicional es marginal.
Al presentar el Reporte 2016 de la Comisión Global sobre la Economía y Clima: El Imperativo de la Infraestructura Sustentable: Financiamiento para un Mejor Crecimiento y un Mejor Desarrollo, el ex mandatario expuso que en 2030 habrá tres variables que van a determinar la inversión en infraestructura: ciudades más densificadas no basadas en el uso del automóvil; el uso del suelo, y el uso de la energía.
En cuanto a las ciudades más densificadas, Calderón dijo que los gobernantes enfrentan mucha presión por parte de los automovilistas para incrementar la infraestructura vial con más salidas y puentes, lo cual exacerba el problema del tráfico.
“La clave del futuro es un desarrollo humano sustentable construido no en el uso del automóvil individual sino del transporte colectivo masivo, sustentable, limpio, seguro y rápido”, apuntó Calderón.
Comentó que en Londres existe un cargo por congestión cuando hay tráfico, por lo que los conductores pagan más por circular en las zonas congestionadas.
Con la aplicación de esta medida, el tráfico en Londres disminuyó una quinta parte y mejoraron los tiempos de traslado de los ciudadanos.
Sobre la inversión en energías renovables, Calderón Hinojosa propuso dejar de invertir en la generación de energía a base de carbón, porque es altamente contaminante.
Mientras que sobre la productividad de los recursos naturales recomendó incrementar los costos del uso del agua para incentivar el uso de tecnologías más eficientes como el riego por goteo, además de ponerle un precio al uso del carbón en el mundo, pues desplaza oxígeno que puede usarse de manera más eficiente.
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