Tuxtla Gutiérrez, Chiapas / Junio 21.-
Expertos de Protección Civil, científicos y comunidades refuerzan programas preventivos y de alerta en la zona del volcán Chichonal, donde los riesgos son latentes, a 27 años de la última erupción.
El Chichonal se localiza en el municipio de Chapultenango, en el Norte de Chiapas. Se estima que la erupción de 1982 dejó más de 2 mil muertos y sepultó bajo lava, rocas y ceniza a pueblos indígenas enteros.
Luis Manuel García Moreno, subsecretario de Protección Civil del gobierno del estado informó que los trabajos de prevención y alerta buscan reducir riesgos y contingencias en los municipios de Chapultenango, Pichucalco, Francisco León y Ostuacán, vecinos del volcán.
“Existen muchas comunidades expuestas; hay un riesgo, pero se puede convivir con él, como también una periferia en la que no se permiten asentamientos humanos y no es conveniente arriesgar los cultivos”, advirtió.
Protección Civil en coordinación con la Secretaría de la Defensa Nacional y la Secretaría de Seguridad Pública Estatal, realizó el primer simulacro de evacuación a gran escala en la comunidad Viejo Volcán de Chapultenango.
“Detectamos nuestras debilidades y fortalezas en casos contingentes, que nos permitirán en casos emergentes; pero también se trabaja en el proyecto turístico para crear el primer geoparque en la región”, precisó García Moreno.
Juan Carlos Mora Chaparro, investigador del Instituto de Geofísica de la UNAM explicó que El Chichonal, como cualquier volcán activo, tiene la probabilidad de volver a manifestarse, como lo ha hecho en toda su historia geológica.
“Que haya buena vecindad con el volcán, que lo conozcan las nuevas generaciones, que se dé la inercia entre el conocimiento de los pobladores y la parte científica, a fin de mantener una buena convivencia con El Chichonal”, puntualizó el científico.
A 27 años de la erupción, el capitán piloto aviador Carlos Guillermo Ocampo Morales, uno de los primeros rescatistas que ingresó a la zona, relató su experiencia.
“Llegamos al Naranjo, pensamos que el pueblo había sido abandonado, pero al abrir puertas y ventanas, topamos con el espectáculo macabro de 50 muertos sobre el piso y las camas; el volcán los exterminó mientras dormían”, recordó el militar.
Una de nuestras aeronaves se desplomó en las inmediaciones del volcán, 40 días después pudimos localizar los nueve cadáveres, detalló Ocampo Morales.
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