Culiacán, Sin.-
Francisco Javier Zazueta Rosales “Pancho Chimal”, quien murió en un enfrentamiento con la Marina en la comunidad de San Cayetano, sindicatura de Tepuche, fue despedido en su funeral con música de banda y con cientos de balazos, en la comunidad del “Diez”, de donde era originario.
Su cuerpo, el cual fue reclamado por sus hermanas, fue entregado a la familia el sábado pasado en el Servicio Médico Forense, una vez que se certificó su identidad a través de sus huellas digitales.
El lunes pasado, el féretro con el cuerpo de “Pancho Chimal”, identificado por las autoridades federales como escolta de los hijos de Joaquín Guzmán Loera, partió de una funeraria local rumbo a la comunidad donde nació, en una caravana de decenas de vehículos.
Los medios digitales, como la Pared y Línea Directa Portal, reseñaron con videos compartidos en redes sociales, el paso del cortejo fúnebre por el bordo de un canal hidráulico, en la comunidad denominada el “Diez”, en los que se escuchan cientos de detonaciones de armas de fuego.
En las imágenes se observa una caravana de vehículos que acompañaban a la carroza que traslada su cuerpo, en medio de música de banda y sin que hubiese presencia, a simple vista, de fuerzas federales, ni policiacas.
Zazueta Rosales fue velado en una especie de bodega en dicha comunidad, con la asistencia de decenas de personas y posteriormente trasladado para su sepultura al cementerio de Jardines del Humaya, ubicado a un costado de la carretera México-Nogales, en la salida sur de Culiacán.
Ninguna autoridad reveló el lugar donde fue inhumano “Pancho Chimal”, quien el pasado 16 de marzo escapó del penal de Culiacán, junto con cuatro internos más, entre ellos, Juan José Esparragoza Monzón “El Negro”, hijo de uno de los fundadores del cártel de Sinaloa, del mismo nombre, conocido como “El Azul”.
Medios digitales citaron que a la casa funeraria llegaron decena de arreglos florales, uno de ellos enorme, confeccionado con rosas rojas y la leyenda: “La plebada de los Chimales”.
A Francisco Javier Zazueta Rosales se le atribuye la emboscada que sufrió un convoy de 17 miembros del Ejército, en la entrada norte de la ciudad, la madrugada del 30 de septiembre pasado, en la que fallecieron cinco militares y 10 más resultaron heridos.
En el ataque, el grupo armado detonó artefactos explosivos contra las unidades militares y rescataron a Julio Oscar Ortiz Vega “El Kevin”, quien era trasladado en una ambulancia, desde Badiraguato, a un hospital de Culiacán, por las heridas que sufrió en un enfrentamiento.