Cd. de México.-
A pesar del cierre de la Basílica de Guadalupe, Miguel Ángel Sánchez amarró a su bicicleta un cuadro de la Reina de las Américas, una foto de su hermano que falleció hace 13 años y pedaleó desde su hogar, en Los Reyes La Paz, hasta el Templo Mariano.
Hora y media tardó en cruzar la calzada Ignacio Zaragoza, Río Consulado y la de Guadalupe. “Es un camino un poco largo, pero con fe llegas a donde sea”, afirma mientras se baja de la bicicleta. Este año fue diferente, Sánchez no encontró peregrinos en su trayecto, tampoco a las personas que se colocan en las banquetas o cruces y regalan comida, naranjas y botellas de agua o jugo.
“Otros años es muy bonito porque viene gente de todos lados, en el camino te encuentras caravanas, vienen en bici como uno, o caminando, otros vienen en camionetas, este año no fue así. Se me hace algo impotente, muy triste que esté cerrado, pero es por nuestra seguridad y me siento contento, conforme de llegar hasta donde más pude”, comenta a EL UNIVERSAL.
Debido a la contingencia por el Covid-19, este año los festejos por el 489 aniversario de la aparición de la Virgen de Guadalupe a San Juan Diego en el cerro del Tepeyac será a puerta cerrada; a pesar de ello, Miguel Ángel cumplió con su peregrinación como cada año.
“Mi hermano falleció hace 13 años y él inició con esta tradición de peregrinar a la Basílica de Guadalupe, por eso cada año vengo a dar las gracias por un año más de vida, por tener trabajo, un techo y comida en casa. Le prometí a mi hermano que seguiría con la peregrinación cada año y ahora con todo y Covid vine; nada detiene nuestra fe”, enfatiza.
Todos los días, Miguel escucha acerca de los contagios y muertes que se registran en el país por coronavirus; sin embargo, asegura que la pandemia no le ha afectado ni en la salud ni en su empleo.
“Me dedico al comercio y afortunadamente la pandemia no me ha afectado, he mantenido mis ventas, no he tenido pérdidas ni retraso en la compra-venta de mercancía. En salud también estoy bien, sano, y nadie en casa ha tenido síntomas de la enfermedad, con más razón vengo a agradecer a la Virgencita”, dice.
Después de bajarse de la bicicleta, el guadalupano se hincó frente a las vallas que detienen el paso a los creyentes y se persignó, elevó el cuadro de la Virgen y la foto de su hermano, oró y se levantó.
“No importa que esté cerrado, nuestra fe es más fuerte, ojalá todos nos cuidemos para que el próximo año podamos venir miles y miles de mexicanos y llenemos su casa de la Virgencita como siempre, ahora nuestra tarea es cuidarnos y así en 2021 poder cantarle Las Mañanitas”.