Zamora, Mich.-
Más de 100 policías federales embozados, acompañados de miembros del Ejército, funcionarios de la Secretaría de Gobernación y activistas de derechos humanos, además de peritos, sicólogos y médicos, conformaron el contingente que ingresó el martes al albergue La Gran Familia, en Zamora, Michoacán.
Entraron sin necesidad de usar la fuerza. Pronto detuvieron a “Mamá Rosa”, fundadora hace 67 años de la casa-hogar, y a otros nueve presuntos implicados.
EL UNIVERSAL estuvo presente en el megaoperativo y documentó lo ocurrido en los últimos tres días.
Uno de los patios está rodeado de edificios de dos y tres pisos donde se ubican los dormitorios y viven casi 600 personas, desde bebés hasta hombres y mujeres de 60 años. En el ambiente se mezclan olores de orines, excremento y suciedad, e imágenes de plagas y pobreza.
La mayoría de los colchones se encuentran podridos, orinados y agusanados. En algunos dormitorios hay letrinas tras un pequeño muro. En los demás hay cubetas repletas de excremento.
En la cocina, las cucarachas corren por las paredes.
Una de las tantas bodegas que hay en el sitio está llena de ropa nueva y empaquetada del piso al techo.
En torno a los detenidos, el procurador de la República, Jesús Murillo Karam, dio a conocer que hay elementos para consignar hasta a tres trabajadores, por abuso sexual. La PGR informó que se amplió el plazo para definir su situación jurídica.
En el caso de “Mamá Rosa”, agregó, se está revisando si tiene responsabilidad, si hubo algún descuido, “pero hay que considerar que es una señora de 80 años”.
El DIF nacional anunció que asumió la custodia de 458 menores.
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