Monterrey, N.L. / Agosto 20.-
El extinto alcalde de Santiago, Edelmiro Cavazos Leal, recibió el homenaje póstumo de su pueblo en la plaza principal de ese municipio, minutos antes de ser sepultado esta tarde en una ceremonia privada.
Ante el desconsuelo de su ahora viuda, Verónica de Jesús Valdez de Cavazos, y sus hijos Edelmiro, Eugenia y Regina, globos blancos fueron soltados al cielo como avanzada en el último viaje del edil, al tiempo que se montaban guardias de honor ante el féretro.
Los padres del desaparecido munícipe, Arturo Cavazos Montalvo y Rubinia Leal de Cavazos, manifestaron su dolor y deseo de que se castigue a los responsable del crimen.
“Que busquen a los culpables, para que ya dejen de hacer daño, porque van a seguir haciendo mucho daño a las familias inocentes que se dedican a trabajar, a servir al pueblo, no es justo”, manifestó Cavazos Montalvo.
Consideró que ha faltado estrategia y acción, aunado a la carencia de policías en Santiago, municipio ubicado a 36 kilómetros al sur de Monterrey.
Refirió que su hijo “jamás se metió con nadie” y no merecía perder la vida en esta forma.
La señora Leal de Cavazos, entre lágrimas, recordó que en alguna ocasión le había pedido dejar la alcaldía ante la ola delictiva prevaleciente y que tan sólo durante los casi 10 meses de gestión de su hijo, al menos 15 policías habían sido ultimados.
Afligida, recordó el amor a su pueblo por parte de Edelmiro: “Yo lo abracé, le dije que lo quería mucho y que renunciara mejor, porque yo veía como batallaba”.
Entre el dolor y las muestras de solidaridad de su pueblo, su esposa colocó una foto familiar sobre el ataúd, mientras que Regina, la más pequeña de la familia, dejaba una muñeca para que acompañara a su padre a su última morada.
La viuda del desaparecido Cavazos Leal agradeció el apoyo moral recibido, particularmente de los santiaguenses, para poder afrontar estos difíciles momentos.
Tras guardias de sus familiares directos, colaboradores del extinto munícipe, alcaldes y diputados locales, el padre de la iglesia Santiago Apóstol, Juan José Escamilla, ofició la misa de cuerpo presente
Posteriormente, el cortejo fúnebre partió hacia el panteón de La Soledad, donde se realizó el funeral en presencia exclusiva de familiares y amigos más allegados.
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