México, D.F.-
México debe insistir en la petición del Penacho de Moctezuma y debe de hacerlo desde las más altas esferas del gobierno mexicano pues, a la fecha, no ha existido una petitoria formal, aseguró el cronista e historiador de origen francés Patrick Johansson Keraudren (1946).
En exclusiva para Notimex, el investigador titular “C” del Instituto de Investigaciones Históricas de la UNAM afirmó que desde tiempos de Ernesto Zedillo México no ha hecho una petición formal al gobierno de Austria por el penacho del emperador Moctezuma Xocoyotzin (1466-1520).
El también doctor en Letras Mesoamericanas por la Universidad de La Sorbona en París, Francia, sostuvo que el tocado de plumas de quetzal engarzadas en oro y piedras preciosas, que actualmente se exhibe en el Museo de Etnografía de Viena, en Austria, clasificado en la colección “Tesoros del México antiguo”, salió de México de manera legal.
Rechazó que la más importante reliquia de México y signo del poder del emperador azteca hubiera sido “robada” como se ha dicho en ocasiones.
“Lo que está mal es que se diga que es un objeto que fue robado, aunque a veces se dice de manera despectiva. Y eso nos consta porque apareció en un acta notarial del 5 de noviembre de 1519 en la que se informaba sobre los bienes que Moctezuma le entregó a Hernán Cortes cuando llegó a México.
“Se hizo un envío a Veracruz para Cortés y éste a su vez, hizo otro envió al Rey Carlos V. Lo que no sabemos es el momento en que salió de México; se sabe que fue muy temprano a principios del siglo XVI y, por tanto, siendo un regalo de Moctezuma a Cortés y de Cortés a Carlos V, todo eso está dentro de la historia de México”, señaló.
Explicó que una vez en Europa, se volvió a realizar otro inventario en 1596, en el Castillo de Ambras, en Innsbruck, perteneciente al sobrino de Carlos V, Fernando el Conde de Tirol, donde se halló la pieza en mal estado, a tal grado que se pensó que eral un “faldei”.
“En este caso me parece importante que no salió de manera ilegal, fue muy probable un regalo de Moctezuma a Cortés, pues Moctezuma pensaba que Cortés era el Quetzalcóatl que regresaba y por lo tanto le enviaba sus atavíos”, comentó.
Para Johansson Keraudren, independientemente de que sea o no el Penacho de Moctezuma, se trata de una pieza que da identidad a los mexicanos y que es comparable con la Virgen de Guadalupe.
“Aunque claro, en la caso de la Virgen, tenemos una fe que sigue existiendo; mientras que en el penacho, sería una religiosidad cultural porque no creo que exista alguna persona que tenga a Quetzalcóatl como divinidad en la actualidad”, refirió.
Destacó que el significado de la pieza para el pueblo de México y el hecho de que se mencione que esta joya prehispánica haya sido “robada”, ha provocado que el gobierno de Austria condicione su préstamo.
Reiteró que el penacho es una de las reliquias emblemáticas de la cultura mexicana y recordó que en 1958, el entonces oficial mayor de la Secretaría de Hacienda, Raúl Noriega, mandó hacer una copia fidedigna del penacho original que se exhibe en el Museo Nacional de Historia de Chapultepec. “Desde entonces lo están pidiendo y nada”, agregó.
El penacho, dijo el historiador, es un símbolo, un emblema importante; si se hace un ruido mediático en torno a su regreso, eso puede tener consecuencias muy buenas, porque la gente comienza a apreciar y conocer su historia.
Por eso, pugnó porque el Museo Etnográfico de Viena preste durante un tiempo determinado el penacho a México, a fin de que el pueblo mexicano aprecie la pieza auténtica.
“El que retorne a México representaría algo significativo, pues se trata de la conciencia histórica que tienen los mexicanos”, subrayó.
Comentó que el traslado de la pieza a este país no representaría obstáculo alguno, toda vez que la tecnología está muy avanzada, por lo que la pieza no sufriría daño alguno.
“Lo que sabemos es que tiene plumas nuevas y las plumas antiguas o lo poco que queda, si se puede traer con mucho cuidado”, agregó el historiador quien en estos momentos trabaja en la simbología de la pieza.
Explicó que la pieza con la que se vincula al emperador azteca, en realidad es un quetzalapanecáyotl, una obra de los amantecas o artistas mexicas especialistas en la creación de objetos con plumas. Tiene una altura de 116 centímetros y un diámetro de 175.
Según la leyenda, el regreso del penacho de Moctezuma es un milagro esperado porque cerrará un ciclo de poder y abrirá otro, político y espiritual para beneficio del pueblo de México.
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