México, D.F.-
El descrédito de los partidos políticos en el mundo, pero en México en particular, es uno de los síntomas más preocupantes de los sistemas democráticos y uno de los desafíos más graves que éstos enfrentan, pero sin fuerzas políticas no hay democracia, afirmó el consejero presidente del INE, Lorenzo Córdova.
“Sí, coincido, nuestro sistema de partidos es muy joven todavía, por eso es preocupante el desapego, la crisis de representación que aqueja a los sistemas democráticos, pero al nuestro en particular”, expuso.
Durante sesión ordinaria en la que el Consejo General conoció el informe final sobre la elección del Partido de la Revolución Democrática del 7 de septiembre de 2014, reconoció que hay mucho por avanzar en el fortalecimiento de la democracia.
Córdova Vianello refrendó el compromiso del Instituto Nacional Electoral (INE) de ser coadyuvante del fortalecimiento de los partidos políticos y del robustecimiento de la frágil estructura democrática.
Agregó que la democracia pasa por el fortalecimiento de todas las instituciones democráticas, incluidos los partidos políticos.
Los partidos políticos, añadió, son piezas fundamentales en el funcionamiento de la democracia, “ya lo decía Hans Kensel (jurista austriaco de origen judío), quien piense que la democracia es posible sin partidos políticos o nos engaña o es un hipócrita”.
Además, los sistemas democráticos se han construido con el establecimiento y el fortalecimiento de los partidos políticos, “no es mera retórica decir que sin partidos no hay democracia”.
Opinó que las fuerzas partidistas no son ni deben ser los únicos canales de participación política en una democracia robusta y participativa, “pero sin partidos no podemos pensar en un sistema democrático”.
Un sistema de partidos sólidos es una condición indispensable para una democracia fuerte, no puede ser de otra manera, dado que no existen ni han existido en el mundo sistemas democráticos fuertes, sólidos y consolidados, sin un sistema de partidos fuerte, sólido y consolidado, recalcó Córdova Vianello.
Resaltó que, sin embargo, existe la tentación, cada vez más difundida, de pensar en las democracias sin partidos políticos, “en el caso particular de México, me parece que el punto es bastante obvio”.
El proceso de democratización desde hace casi 40 años, a partir de 1977, pasó ineludiblemente por la construcción de un sistema de partidos plural, luego de que el sistema político emanando de la Revolución Mexicana había tenido el triste privilegio de convertirse en el ejemplo para una categoría de sistema de partido hegemónico no democrático.
“Ésto sólo para decir que no basta que existan partidos políticos para que haya democracias”, acotó el consejero presidente del INE.
Recordó que el establecimiento de un piso mínimo para garantizar la equidad y las condiciones de competencia entre los partidos fue una de las piezas clave del fortalecimiento del sistema partidista.
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