Cual si se tratará de alguna escena de la película Jumanji, protagonizada en 1995 por Robin Williams, algunas ciudades de la república han vivido una inusual invasión de fauna salvaje en las zonas urbanas, que en el mejor de los casos se ha reflejado en el pánico de algunas decenas de habitantes, pero en el peor de ellos representó una trágica muerte.
Perros, gatos, pájaros, palomas, e incluso ratas representan la clásica fauna urbana de las ciudades, sin embargo, ésta se ve alterada cuando en las banquetas, por entre los autos o en las puertas de las casas lo que se encuentra son víboras, cocodrilos, leones, murciélagos o hasta osos.
El doctor Víctor Hugo Reynoso, investigador del Instituto de Biología de la UNAM, afirma que este fenómeno, que se vive a nivel mundial, responde principalmente a que el hábitat natural de diversas especies se encuentra parcial o completamente deteriorado.
“Cuando hay especies que son muy sensibles a los cambios en el hábitat en el que se encuentran, lo que sucede es que se mueren, pero cuando se trata de especies más resistentes, como los cocodrilos o los osos, lo que hacen es buscar nuevas zonas donde vivir y en las cuales alimentarse, y en esa búsqueda es cuando invaden zonas en las que en teoría no deberían estar”, dijo el investigador.
Dicho fenómeno, agregó Reynoso, se da en casi todos los grupos de especies. De hecho hay animales que son invasores por naturaleza y que tienen ese tipo de características.
El investigador de la máxima casa de estudios descartó que la aparición de animales de fauna silvestre en las zonas urbanas se incremente en gran medida, debido a que los seres humanos tienden a aniquilar a cualquier especie que se encuentre en el camino, “es decir, si se encuentran osos, los comenzarán a matar hasta que se acaben”, comentó.
A manera de llamado de atención, agregó que a estas alturas el cambio climático no influye demasiado en el deterioro de los diferentes hábitat en México, tanto como lo hace el factor humano, como la contaminación y la reducción de espacios que genera el hombre.
Tan sólo en la ciudad de México, la Brigada de Vigilancia Animal de la Secretaría de Seguridad Pública capitalina rescató en 2007 a más de dos mil 516 ejemplares de distintas especies.
Aunque en su mayoría los animales rescatados fueron perros, un número importante de reptiles, que van desde lagartijas y serpientes venenosas hasta cocodrilos, fueron asegurados por los cuerpos de rescate.
Más vale prevenir…
Ante este tipo de casos, el biólogo investigador Víctor Hugo Reynoso señaló que cuando se trata de algún animal peligroso, como es el caso de víboras, cocodrilos, murciélagos u osos, es necesario llamar al personal competente para que lo remuevan de la zona con toda seguridad.
Con respecto al hecho de alimentarlos, dijo que es mejor no hacerlo. Además, recomendó no liberar a las mascotas caseras en las zonas silvestres, pues a pesar de que las posibilidades de ser devoradas por un lagarto comegatos, recibir un abrazo de oso, una mordida de murciélago o ser víctimas de la ponzoña de un alacrán no son tan altas, casos como los arriba mencionados demuestran que con el efecto Jumanji que viven algunas ciudades podría ser posible.
Discussion about this post