Cd. de México.-
El panorama laboral para los jóvenes no es alentador. Actualmente seis de cada 10 con trabajo están en la informalidad, en un contexto en el que la educación ha dejado de ser un instrumento de movilidad social y cada vez resulta más difícil encontrar un puesto bien remunerado y correspondiente a la formación académica, lo que contribuye al incremento de la desocupación de este sector, afirmó Adriana Ornelas Bernal, profesora de la Escuela Nacional de Trabajo Social (ENTS) de la UNAM.
En el marco del Día Internacional de la Juventud, la académica resaltó que otra de las problemáticas que enfrentan es que 20% de quienes integran este sector alcanza la educación superior y 34% la media superior. “Hoy entre 1% y 2% no tiene instrucción académica”, por lo que es necesario enfocar acciones hacia los jóvenes del campo y la ciudad, incluidas las comunidades indígenas.
Con la finalidad de hacer frente a esta problemática, la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) informó que opera una estrategia de atención que impulsa la empleabilidad de los jóvenes indígenas universitarios en las diversas entidades del país.
Consiste en la realización de jornadas de fortalecimiento al empleo, cuyo objetivo es asesorar a los estudiantes acerca de cómo acceder a programas de autoempleo que ofrecen las diversas dependencias e instancias de los gobiernos federal y estatales.
La dependencia precisó que con eso se pretenden generar espacios en las localidades para ofrecer a esas personas herramientas e información que facilite su inclusión a la vida productiva y laboral.
Estimaciones de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (Cdi) indican que existen 15.7 millones de personas consideradas dentro de ese grupo y representan 13% de los 121 millones de habitantes.
De este total, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), 38.3 millones son jóvenes, 50.3% mujeres, y 49.7% hombres, cuya edad promedio es de 27 años.
La investigadora Adriana Ornelas destacó que los jóvenes necesitan satisfactores básicos y estar convencidos de que son parte de un proyecto social y espacios de acción, “por lo que debemos aprender, como sociedad, a ser solidarios con ellos y más conscientes de su presencia e importancia.
“Hay que hacerlos visibles en todos los espacios, hablar de ellos y poner sobre la mesa aspectos como la ausencia de estrategias específicas, y que las existentes en vez de homogeneizarlos, consideren su diversidad y los lleven a reorientar las maneras de intervenir en el rubro”, señaló.
La especialista de la ENTS subrayó: “Lo reconozcamos o no, los jóvenes mueven el mundo, ejemplo de ello son los nuevos feminismos, los movimientos estudiantiles o las iniciativas laborales colectivas de este sector, que participa y cuestiona un entorno con el que no concuerda”.
Expuso que son los jóvenes quienes han impulsado y concretado propuestas para el transporte urbano alternativo, el uso de energías renovables, la ecología y el desarrollo sustentable, las nuevas formas de organización y participación social, entre otras iniciativas.
“Debemos borrar la imagen de que este sector está en espera del futuro, dado que hoy desempeña un papel fundamental, aunque no reconocido del todo, y quizá por ello no potencializado (…) El problema es que muchas de sus acciones quedan en esfuerzos dispersos, desarticulados y sin un horizonte prometedor. No obstante, son parte fundamental del presente y no sólo del futuro”, detalló.
Indicó que “aun en espacios sociales reducidos, la juventud nos muestra que hay posibilidades de cambio y nos subraya que es necesario y urgente emprender cambios; sin embargo, sólo lo hace una porción de este sector”.
– 38.3 MILLONES DE JÓVENES habitan en el país, de los cuales 50.3% son mujeres y 49.7% hombres, según Inegi.
– 15.7 MILLONES DE PERSONAS en el país son indígenas, de acuerdo con estimaciones del Cdi.
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