Monterrey, N.L.-
En una jornada de protestas y violencia, el Congreso de Nuevo León aprobó la reforma constitucional en materia político electoral y la legislación secundaria, gracias a una reconciliación entre los grupos del PRI y el PAN.
Los priístas hicieron a un lado su compromiso con los partidos minoritarios, y cedieron a las presiones del PAN —que incluso se ausentó durante cuatro sesiones—, para elevarles de 1.5 a 3% el porcentaje requerido para la segunda diputación de representación proporcional, una vez que garanticen su registro y la primera curul con el 3% del total de las votaciones.
Mientras sesionaba la comisión, unos 500 militantes del PRD y el PT se manifestaron en la parte baja del Congreso “por la muerte del pluralismo” y el fortalecimiento del “rancio bipartidismo”. Cuando intentaron ingresar al recinto para estar presentes en el pleno, fueron interceptados por elementos de Fuerza Civil y seguridad interna del Palacio Legislativo que bloquearon las puertas de acceso.
Cuando se votó la reforma constitucional, votaron a favor por unanimidad los 32 diputados panistas y priístas, de los 42 legisladores locales.
Los diputados del PRD y el PT, Eduardo Arguijo y Guadalupe Rodríguez, declararon que con la cesión que hizo el PRI al PAN para reducir la representación de partidos minoritarios, visualizan que le está entregando la gubernatura a los panistas en 2015, a cambio de que en el Congreso de la Unión apoyen a Enrique Peña Nieto en la aprobación de la reforma energética.
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