México, D.F. / Dic. 1
Tras el escándalo de “las ligas” y la entrega millonaria de recursos para campañas políticas del PRD, el ex asesor de Andrés Manuel López Obrador admitió: “En realidad nunca me he ido”, nunca dejó de hacer política en el país.
“He seguido trabajando todo el tiempo”, advirtió René Bejarano al ser entrevistado en Código 2008, una producción de EL UNIVERSAL y Proyecto 40, a cuatro años de haber desaparecido de la vida pública luego del escándalo en el que estuvo implicado el empresario argentino Carlos Ahumada.
Suspendido en sus derechos partidistas, Bejarano fue sujeto a ocho procesos legales de los que salió absuelto. Técnicamente, “el profesor”, como se le conoce, podría exigir la reinstalación de sus derechos políticos en el Partido de la Revolución Democrática (PRD).
El 3 de marzo de 2004, el entonces coordinador del PRD en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal entregó un escrito al entonces líder de su partido, Leonel Godoy, en el que solicitó al CEN del PRD su “separación voluntaria en tanto se aclaren los hechos”. La dirigencia admitió la petición y lo retiró de los padrones internos, pero no lo expulsó.
Aunque estaba acusado por actos de corrupción y tráfico de influencias, la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal lo procesó por lavado de dinero, acusación de la que fue exonera en julio de 2005.
Ahora que está de regreso, Bejarano aseguró en la entrevista con Estela Livera y Salvador García Soto que ese escándalo fue “utilizado” para dañar a “todo un movimiento político”.
Afirmó que ahora tiene derecho a “contribuir en una reivindicación parcial, porque las cosas nunca van a ser igual” y anticipó que su movimiento formará parte de la lucha de Andrés Manuel López Obrador, del que fue secretario y asesor antes del escándalo.
En la transmisión adelantó que no pretende ninguna candidatura, ni ocupar ningún puesto público, sólo “seguir como ciudadano, contribuyendo a que se resuelvan problemas de la gente”.
René Bejarano advirtió que su agrupación civil tampoco busca esos objetivos.
“Desde el primer día reconocí el error, asumí las consecuencias; dí la cara, no me evadí, no me escapé, me presenté voluntariamente ante el juez; fui al desafuero”, señaló.
“Desde luego es una acción moralmente cuestionable; sí me avergüenza, para decirlo con toda sinceridad, pero también creo que este asunto debe verse con mayor objetividad”, señaló René Bejarano.
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