En seis días son 54 los muertos por influenza A H1N1 y mil 464 los contagios

México, D.F. / Noviembre 11.-
En los últimos seis días en México se registraron cinco mil 464 nuevos casos de contagios por el virus de la influenza A H1N1 y 54 fallecimientos.
La cifra nacional hasta el 9 de noviembre es de 59 mil 762 casos de influenza humana y 452 muertes, de acuerdo al último reporte sobre la situación actual de la epidemia que publica la Secretaría de Salud.
El Distrito Federal —que encabeza la lista de entidades con mayor número de casos— presenta seis mil 755 y el estado de México, que ocupa desde hace unos días el tercer lugar, contabiliza tres mil 496.
El reporte del 4 de noviembre, registró 54 mil 298 casos y 398 defunciones.
En el informe del 9 de noviembre, hay 452 defunciones reportadas, de las cuales 51.3% corresponden a hombres y 48.7%, a mujeres.
El 69.5% del total de los decesos son personas que van de los 20 a los 54 años de edad.
En todo el territorio nacional, según el último informe, hay presencia de influenza A H1N1, pero en las entidades donde más casos se reportan son el Distrito Federal, con seis mil 755; Chiapas, tres mil 627; estado de México, tres mil 496; y Nuevo León, tres mil 415.

Niños, población vulnerable
Ricardo Ruiz Ramírez, presidente de la Confederación Nacional de Pediatría de México, mencionó que el virus de la influenza A H1N1 ha contagiado entre 700 a 800 niños.
Ruiz Ramírez, alertó que este grupo poblacional es de los más vulnerables a adquirir esta enfermedad. Por ello, exhortó a los padres de familia a no automedicar a sus hijos y mejor acudir con el pediatra para que sean diagnosticados y atendidos a tiempo.
Dijo que el tratamiento con oseltamivir en los niños es excelente cuando se aplica en las primeras 48 horas; sin embargo, pasado de ese tiempo se comienza a tener complicaciones, ya que el medicamento se vuelve menos funcional.
Mencionó que al menos 80% de los niños que llegan al consultorio médico ya han sido automedicados por sus padres, por algún familiar o, incluso, por los propios maestros que decidieron darles por su cuenta los medicamentos sin que hayan sido diagnosticados por un pediatra.