Badiraguato, Sin. / Junio 13.-
El megalaboratorio donde se producían drogas sintéticas descubierto por la Armada de México en las inmediaciones del Rancho Paso del Huejote, en este municipio, combinaba tecnología, precisión y condiciones de riesgo para las personas que ahí trabajaban, quienes convivían hasta con alacranes.
A pesar de estar en plena sierra, el laboratorio tenía agua potable desde su propio pozo, energía eléctrica, cocina rústica, mientras que los trabajadores pernoctaban a la intemperie por las altas temperaturas ambientales.
Los olores de solventes y sustancias químicas que se utilizaban hacían difícil la respiración a pesar de que ni la bodega ni el propio laboratorio tenían paredes.
A manera de muros fueron colocadas miles de pacas de hoja y caña de maíz, que al mismo tiempo servían de camuflaje donde se encontraban los instrumentos de mezcla y calentamiento de 11 matraces redondos de vidrio con capacidad para 20 litros del cocido de químicos para la producción de la droga conocida como “cristal”.
Una brecha perfectamente trazada estaba bloqueada a 500 metros del lugar, por donde llegaban quienes trabajaban ahí, de donde se desplazaban a bordo de cuatrimotos y vehículos “todo terreno” y en los que huyeron cuando fueron sorprendidos por los marinos.
El comandante de la Cuarta Zona Naval de la Armada de México con sede en Guaymas, Sonora, vicealmirante Jorge Humberto Maldonado dijo que el laboratorio no estaba improvisado, “se deben haber invertido millones de dólares en su instalación y además se trabajaba con mucha precisión en la mezcla de químicos”.
Explicó que este hallazgo es resultado de la nueva distribución de responsabilidades en el Operativo Conjunto que mantiene el gobierno federal en la zona y que desde el 7 de junio se le asignó a la Armada de México la vigilancia y lucha contra el narcotráfico en un perímetro de 80 por 80 kilómetros en esa región del estado.
Se trata, dijo, de una acción resultado de los trabajos de inteligencia de la Infantería de Marina, que realizó una serie de investigaciones, observaciones y reconocimientos vía terrestre para dar con este centro de producción masiva de drogas sintéticas.
Un vicealmirante, quien prefirió reservar su identidad, coordinó las investigaciones y encabezó las acciones para el aseguramiento, detalló cómo se llegó hasta este lugar ubicado a 46 kilómetros de Culiacán.
“Primero, los infantes de Marina detectaron algunos movimientos inusuales de personas en la zona, pues de este lado no hay ninguna comunidad habitada”, relató.
Además, dijo, se observaron cables de energía eléctrica a lo largo de tres kilómetros perfectamente instalados en postes de concreto nuevos que se dirigían hacia la sierra, sin una razón lógica, porque no hay ningún poblado cerca.
Eso llevó a los marinos a observar en la punta de un cerro un gran tanque de agua con capacidad de 20 a 25 mil litros de agua, por lo que al llegar al lugar, desde la cañada fueron vistos por quienes ahí trabajaban, lo que les permitió huir a bordo de sus cuatrimotos.
El comandante sostuvo que toda esa infraestructura y los materiales, sustancias e instrumentos de nada habrían servido sin el agua, pues para la elaboración de estos estupefacientes se necesita un sistema de enfriamiento a base del líquido.
Según los mandos de la Armada de México en la zona, este lugar tendría un mes de haber iniciado sus operaciones, pues la construcción a base de madera y láminas de cartón se observa prácticamente nueva, además de que los catres que se encontraban a la intemperie aún mostraban el yute y la madera como nuevos.
Guates, mascarillas y otros aditamentos de protección personal permanecen en el lugar, sin embargo no se encontraron medicamentos o antídotos contra alacranes que abundan en la zona y de los que fue víctima uno de los marinos durante el operativo, quien fue atendido con oportunidad.
El comandante de la Cuarta Zona Naval precisó que con el material encontrado 40 mil 640 litros de efedrina, cuatro mil 400 litros de gasolina, tres mil 250 kilogramos de yodo granulado, mil 850 litros de ácido hipofosfórico se habrían fabricado cuatro toneladas de cristal puro.
Se estima que el costo de los materiales, las sustancias, las instalaciones, el equipo, los instrumentos y las construcciones, podría alcanzar mil 500 millones de dólares, por lo que éste es considerado el golpe más importante al narcotráfico en materia de drogas sintéticas en la actual administración.
El lugar permanece custodiado por miembros de la Infantería de Marina fuertemente armados en varios kilómetros a la redonda, en plena sierra sinaloense, y el operativo de vigilancia y seguridad se mantendrá que el Ministerio Público de la Federación ordene su desmantelamiento.
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