México, D.F.-
En las últimas fechas, los medios nos han invadido con un boom acerca de cómo llevar una vida saludable. Abundan en las redes páginas de nutricionistas, health coaches, entrenadores personales, de pilates, de yoga, etcétera, quienes nos dicen qué debemos comer, cómo debemos hacerlo y hasta nos ponen horarios (ya saben, cenar dos horas antes de irse a la cama, no dejar pasar tanto tiempo entre que despiertas y desayunas) y que nos hablan de los peligros de una vida sedentaria.
Y la verdad es que sí, la vida sedentaria que llevan la mayoría de las personas no es nada saludable, pero pienso que tanto acoso, tampoco es tan sano.
Por ejemplo, descubrí que los famosos smoothies y jugos verdes son deliciosos, pero que mi cuerpo no los acepta de muy buena gana, por lo menos no todos los días ni como sustituto del desayuno; me dan bajones de azúcar y si el jugo lleva fibra, mi intestino no la pasa muy bien.
También descubrí que correr ya no era opción para mis rodillas. Entonces, el bombardeo saludable me hacía sentir un poco mal si un día me daba flojera y no hacía mi hora de pilates, o cuando dejé de tomar los smoothies y jugos como reemplazo del desayuno y me daba flojera picar fruta y me comía un pan tostado con un delicioso café.
¡HASTA AQUÍ!
Hasta que un día decidí que ya no iba a sentirme mal por no seguir esas rutinas detox tan de moda, y le iba a hacer caso a mi cuerpo. Estos tips que ahora comparto son los que a mí me han funcionado, no implican grandes sacrificios y, por el contrario, sí aportan resultados.
1. No consumas alimentos chatarra. De pronto te da un ataque de hambre; lo único que tienes cerca es la tiendita o la máquina de dulces. ¡No corras a ninguna de las dos!, acostúmbrate a cargar con una manzana, duraznos, uvas, un plátano, uvas, nueces con arándanos o una barra de amaranto, no te cuesta nada.
2 ¿Tienes sed? Toma agua simple, no existen refrescos saludables. Deja atrás el mito de que el agua te hace daño. Si de plano no la soportas, prepara esto: en un litro de agua echa en rebanadas un limón, una naranja, una lima, hojitas de menta y un par de cucharaditas de azúcar, es deliciosa, te lo aseguro.
3. Ser saludable no implica comer sólo ensaladas, pero sí bajarle al consumo de carnes rojas. En lugar de comer carne todos los días, hazlo sólo cuatro o cinco, y vele bajando hasta que sólo lo hagas una o dos veces por semana.
4. Estás en el súper y ese paquete de palomitas te está haciendo ojitos. Nunca vayas al súper con hambre, a mí me funciona ir inmediatamente después de comer, mato dos pájaros de un tiro , y no compro cochinadas engordadoras.
5. Deja de consumir harinas, sales y azúcares refinadas, en lugar de eso, endulza tus alimentos con azúcar mascabado, piloncillo y miel de abeja; usa sal de grano y compra pan de harina integral.
Ah, y ¡por favor!, tira el “caldo de pollo” en polvo que tienes para condimentar tus guisos, mejor usa apio, cilantro, perejil, ajo, cebolla.
7. Vas a tu restorán favorito y no sabes qué pedir porque normalmente ordenabas una arrachera de 400 gramos, ¿qué te parece si ordenas media orden de carne y sustituyes las papás fritas por nopales asados? ¡Mmmm! ¿Quieres postre?
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8. Empieza poco a poco. Si le pones dos cucharadas de azúcar a tu café, ahora ponle una; si le pones sal a tu comida antes de probarla, intenta ya no hacerlo; deja de usar el auto hasta para ir a la tienda; no comas el pan de la canasta del restorán; poco a poco puedes ir cambiando tus hábitos.
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