Un equipo de especialistas de la Universidad Autónoma de Yucatán (UadY) y del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) descubrieron una serie de templos subterráneos y cenotes en la región centro de esa entidad.
Las edificaciones están relacionados con el culto al inframundo de los mayas, conocido como Xibalbá.
Guillermo de Anda Alanís, director de la iniciativa denominada “El culto al cenote en el centro de Yucatán”, reveló que el hallazgo permite comprender algunos aspectos de esta cultura milenaria asentada al sur del territorio nacional.
“Hemos encontrado similitudes en algunas modificaciones de cuevas y cenotes, que contienen templos dedicados muy probablemente al culto del Xibalbá, hablamos de construcciones muy elaboradas considerando que se ubican en lugares cuyo acceso es muy difícil, hablamos en ciertos casos de tiros de 30 ó 40 metros”.
De Anda reveló otros detalles que dimensionan la importancia del descubrimiento.
“Dentro de una cueva se ha podido localizar un sacbé o calzada de casi 100 metros de largo, está bien cimentado y su sistema constructivo es similar, por ejemplo, al de las calzadas de la zona arqueológica Chichén Itzá. Se trata, por sus dimensiones, del primer sacbé subterráneo”, explicó.
El arqueólogo subacuático detalló que la calzada termina en tres plataformas que llegan hasta el agua, lo cual le otorga un mayor simbolismo.
Por otra parte, dijo que en varias cuevas se advierte un modelo común: una especie de portal natural que es tapiado con piedras labradas, para dejar un pequeño acceso que no rebasa el metro de altura y los 50-60 centímetros de ancho.
Dentro de estos espacios, dijo, se han localizado restos óseos humanos y de cerámica, a manera de ofrenda -en algún escondite o caché-; esculturas como la que parece aludir a un sacerdote con el tocado del dios de la muerte.
De acuerdo con fechamientos de cerámica realizados en el Centro INAH Yucatán, estos elementos -entre ellos una vasija con mil 900 años, van del periodo Preclásico al Posclásico, aunque la mayoría de los materiales podrían datar del Clásico Terminal (750-850 antes de Cristo).
“Se trata de una parte inesperada dentro del proyecto El culto al cenote en el centro de Yucatán, de la UAdY, pues hemos encontrado todo un complejo de templos subterráneos, incluso en algunos casos, sumergidos”, sostuvo.
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